En el Ecuador, el sistema democrático y el voto obligatorio, les ha permitido llegar al poder político a obscuros personajes proclives a terminar sus aventuras electoreras tras las rejas o perseguidos por la justicia, con o sin razón.
LA MENTIRA DE LA DEMOCRACIA
En teoría la democracia es el gobierno del pueblo, sin embargo el docente español Jesús G Maestro define a este modelo de gobierno como el que garantiza la lucha virulenta de las ideologías sin importar en lo absoluto el ciudadano o la voluntad popular, de esto somos testigos sobre todo en las redes sociales.
En el Ecuador, estamos llegando a límites insoportables, donde los actores políticos están legitimando de manera irresponsable y peligrosa la falta de escrúpulos, la mentira, la falsificación de documentos, la manipulación de las limitaciones sociales para llegar al poder aprovechando los miedos, los complejos o la ignorancia de los grupos sociales que les puedan ser útiles, porque esto se puede lograr con porcentajes de bajos de votación, NO representativos, pero suficientes para alcanzar el poder, esto distorsiona y debilita el poder de la democracia.
Y el cuadro que completa esta grotesca forma de democracia son las interpretaciones forzadas de una serie de pseudo expertos del derecho, de la política o de la comunicación, que validan, niegan o censuran de acuerdo a sus intereses, personales o de grupo, burlándose de manera inaceptable de los ciudadanos a quienes nos ofende, porque se burlan de nuestra inteligencia y que de forma paradójica NO tenemos escapatoria.