RICOS Y POBRES

Del demencial acaparamiento de la riqueza en poquísimas manos y la inoperancia del poder político.

RICOS Y POBRES

 

- Que la desigualdad económica en el mundo es insultante - que el año 2016 el 1% más rico de la población mundial tiene más riqueza que el 99% restante - que las 62 personas más ricas del mundo poseen la misma fortuna que la mitad más pobre del planeta  y que con frecuencia los líderes políticos de los países se reúnen en “Cumbres de Presidentes” para discutir agendas para combatir la pobreza, la corrupción y la desigualdad, son noticias tan “berreadas” y como tales se pierden en la indiferencia colectiva.

Las recetas para “salvar el mundo”, han sido discutidas hasta la saciedad, pero NO se toman los correctivos pertinentes, por falta de voluntad política, por tener intereses cruzados, por incapacidad, por tener visiones diferentes de la economía y la política  o por cualquier razón, estos discursos caen de manera irremediable en la verborrea intrascendente.

 

Ya sabemos que se debería pagar mejores salarios y reducir las brechas con los que ganan más; que hay que fomentar la igualdad económica y los derechos de las minorías excluidas, que hay que poner límites  a las élites más influyentes y poderosas; que los países pobres deben invertir en la educación y la investigación; que hay que democratizar el acceso los medicamentos; que hay que racionalizar el pago de impuestos de forma equitativa; que hay que luchar contra la pobreza y la desigualdad favoreciendo la inclusión de las mayorías,¡ya lo sabemos!.

Creo que es momento en el que  la ciudadanía, deje de esperar los poderes milagrosos de los  “Mesías Políticos” los nuevos o los reencauchados y fracasados, que aparecen sobre todo cuando se avecinan las elecciones democráticas con la promesa perversa de arreglar  y garantizar nuestro futuro y el de nuestros hijos.

Prefiero apostar a la inteligencia y decisión de las personas, para atesorar los escasos recursos que podamos generar y salvarlo de la tentación de entregarlos de manera insulsa a los vividores de los pueblos a cambio de placeres vanos, pasajeros e inútiles a aquellos que creen que como pueblo somos ingenuos y tontos a las cuales despojarles de sus dineros es más fácil que quitarles el caramelo a un niño.

 

Jorge Mora Varela