EL TRABAJO EN EL MUNDO DIGITAL

Un estudio sobre la evolución del trabajo de Martin Carnoy de la Universidad de Satanford, demuestra que las redes sociales como WhatsApp, Facebook, Twitter, Instagram, conectados al teléfono inteligente, interrumpen nuestras actividades en promedio cada 3 minutos y el tiempo que tardamos en volver a lo que estábamos haciendo es de alrededor de 23 minutos.

 

EL TRABAJO EN EL MUNDO DIGITAL

 Las tecnologías de la comunicación, se desarrollaron para hacer más eficiente nuestro mundo del trabajo, pero nos distraen tanto que nos impiden concentrarnos y como consecuencia tenemos dificultades en el manejo del espacio laboral, social y familiar.

La forma como se concibe el trabajo, como produce, sus vínculos, como simplifica los procesos, las destrezas profesionales, los derechos laborales y una de las consecuencias más evidente, peligrosa y preocupante es la disminución de la oferta de trabajo y cuya prueba palpable es la desocupación de jóvenes con edades comprendidas entre los 20 y 30 años.

En el siglo XXI, no solo se necesita una amplia formación académica con matices multidisciplinarios y/o multilingües, sino que además exige que el joven neo profesional desarrolle un “alto nivel de alerta”, flexibilidad y disponibilidad de tiempo y horarios, que incluyan sábados y domingos a más de una conexión permanente al “WhatsApp” laboral, donde se miden y ponen a prueba las relaciones de poder y por ende su estabilidad laboral.

Estas nuevas exigencias que aparecieron con las nuevas tecnologías comunicacionales requieren la capacidad para manejar los vínculos laborales, privados, de ocio, ligados al teléfono, a través del manejo inteligente, oportuno y seguro de sus pluri-obligaciones en el mismo tiempo, espacio y lugar.

Las nuevas generaciones deben definirse y trabajar como “freelance” o trabajador autónomo, por cuenta propia e independiente, o declararse “Millennials” e idealizar la precariedad laboral y resignarse a vivir a expensas de los padres de por vida, ante la incapacidad de generar y sostener un nivel de ingresos permanente y que le permitan tener una vida independiente, no obstante la cantidad de estudios que un joven pueda alcanzar.

Es urgente que la colectividad y sobre todo la educación formal puedan responder las nuevas exigencias propias de la sociedad interconectada a través del mundo digital y que ha impuesto sus condiciones en todos los ámbitos de la sociedad y cuyas consecuencias pueden ser desde la incapacidad de tener un trabajo estable o llegar al desenlace fatal de ocasionar un accidente de tránsito y perder la vida por conducir su vehículo mientras se ocupaba de enviar un mensaje por su teléfono inteligente…

 

Jorge Mora Varela