LAS CIUDADES QUE SI PUEDEN VIVIR Y LAS QUE NO

El turismo como fuente de ingresos, está condicionada por una serie de variables que hace que existan:

 

LAS CIUDADES QUE SI PUEDEN VIVIR Y LAS QUE NO

 

Me fascinan las hermosas ciudades, aquellas que inclusive te las puedes llevar contigo en forma de llavero, en una camiseta, en una pintura, en imanes de nevera, en una cachucha (gorra), en la portada de un cuaderno o de un libro, que la puedes mirar o escuchar en la cotidianidad en la radio, en el cine, en la televisión o en el internet y que cada vez que la miras o la escuchas te emociona, te acompaña, te genera una sensación de felicidad y te dan ganas de volver.

Las ciudades que se pueden miniaturizar en objetos tangibles o intangibles de la cotidianidad, SI existen, están destinadas a permanecer y florecer en el tiempo y las que no, NO existen, están destinadas al olvido.

A las ciudades las determina, las identifica y las mantiene vitales su misma gente, su cultura, sus gestas, su imaginación y creatividad o el mismo azar, sus personajes reales o de ficción, sea de su pasado lejano, del pasado medio o del presente. Veamos algunos ejemplos:

Roma y sus veinte y siete siglos de leyenda e historia, desde Rómulo y Remo y la loba que los amamantó, entre el imperio de los gladiadores en el Coliseo, el cristianismo, entre santos y milagros, el poder político, o el amor que se vive junto a la Fontana de Trevi, entre tantísimos motivos para visitarla, llevarla a casa y retornar.

Pisa y su bellísima e increíble torre inclinada, construida en el siglo XII y que atrae miles y miles de personas de todo el mundo.

Cáceres, la vieja ciudad de Extremadura España, que nace en el Medioevo y que toma actualidad al ser una de las locaciones del Juego de Tronos y con ello vuelve a la cresta de la ola como una de las ciudades de moda por la popular serie de TV que nace en el siglo XXI.

Liverpool en Inglaterra, fundada en el año 1207 y que está en la memoria de la gente por el popular equipo de fútbol de la ciudad y sobre todo por Los Beatles que saltan al escenario mundial en la década de los sesenta en el siglo XX y que la determina, la nombra y la identifica.

México DF, entre los milagros de la Virgen de Guadalupe, Frida Kahlo, el Chavo del 8 y su vecindad, superan los avatares de la vida, los terremotos y permanece en el imaginario de los viajeros.

Londres y su capacidad de reinventarse y renacer desde los tiempos de Enrique XII, Isabel II, Lady Di, Joanne Rowling y su Harry Potter, Mr. Bean, Los Rolling Stone, sus buses de dos pisos, entre tantos motivos, la caracterizan, la identifican y la mantienen en la memoria del mundo.

Cali y su música, Nueva York y el Empire State o la Estatua de la Libertad, Buenos Aires, su obelisco, Caminito, Maradona, Messi o el Papa Francisco, París y la Torre Eiffel, en el Ecuador La Ciudad Mitad del Mundo y su monumento o Las Islas Galápagos, su paisaje y su fauna singular, entre tantas ciudades del mundo, tienen el poder de transformarse en forma de llavero, en una camiseta, en una pintura, en imanes de nevera, en una cachucha (gorra), en la portada de un cuaderno o de un libro, que la puedes mirar o escuchar en la cotidianidad y que cada vez que la miras o la escuchas en la radio, el cine, la televisión o el internet, te emociona, te acompaña, te genera una sensación de felicidad y te dan ganas de volver.

Mientras tanto LAS CIUDADES QUE NO TIENEN EL PODER DE EXISTIR EN OBJETOS DE LA COTIDIANIDAD DEBEN LUCHAR PARA NO DESAPARECER O MORIR de la memoria de los viajeros y con ello son incapaces de generar opciones de supervivencia y desarrollo financiero, comercial y laboral para su misma gente, de esta manera desaprovechan una enorme oportunidad de desarrollo económico a través de la industria del turismo.

 

Jorge Mora Varela