Un año del Pontificado de Francisco

UN AÑO DEL PONTIFICADO DE FRANCISCO

¿Es revolucionaria la Franciscomanía?

Desde el inicio del siglo XXI, se han puesto de moda los “procesos revolucionarios”, donde a cualquier fase de cambio se la califica como “revolución” política, social, cultural, económica o de cualquier tipo.

Por esto no me sorprende que al primer año del Pontificado del Papa Francisco se lo haya calificado de revolucionario;  más, me interesa analizar el impacto que Jorge Mario Bergoglio ha marcado en este período a la cabeza del Catolicismo.

Es evidente que el Papa le ha puesto su sello personal a su gestión, fruto de la experiencia como pastor durante tantos años en Argentina. Le ha mostrado al mundo la manera de ser de los latinoamericanos, caracterizados por ser personas sencillas, compasivas, cercanas, cálidas, solidarias con los más débiles, carentes o sufrientes. Sin lugar a dudas que esta forma de ser es evangélica y que se ha convertido en un llamado para comunicar el evangelio, que gusta a muchos y que incomoda a otros.

El estilo de Francisco lo muestra en la Encíclica “Evangelii Gaudium”, que se puede sintetizar en el “Espíritu de alegría” con que se debe llevar la vida apostólica y que es un mensaje profundo para todo el pueblo católico, de manera especial al Clero y a todas las instancias de la Iglesia.

PROBLEMAS A RESOLVER

Casa adentro enfrenta problemas impostergables, como los casos de pedofilia, que requieren una atención definitiva e impostergable, pues Naciones Unidas ha hecho una exhortación a resolverlos, la división interna del Vaticano, la filtración de documentos, las finanzas cuestionadas de la Banca Vaticana, el gasto desmesurado de algunos  de sus miembros sobre todo de alto rango.

Al mundo católico le ha hecho un claro llamado a acercarse a los excluidos como  la comunidad gay, los divorciados, las madres solteras, a su vez  a la Iglesia le pide discutir entre otros  temas la contracepción, el aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo, el rol de las mujeres en el clero.

De frente al futuro se debe observar con rigor el respeto a la diversidad cultural y confesional, procurar armonizar la discusión entre ciencia y fe, lo que le permitirá al catolicismo desarrollar una catequesis más inteligente, abierta y actual para los más jóvenes.

Creo que el segundo año de pontificado es un gran momento para enfrentar  los problemas que convertirán al Papado de Francisco en “revolucionario”.

Jorge Mora Varela