VICENTE DE LA CARRERA CARABAJAL, EL CHIHUAHUA DEL NORTE

EL TULCANEÑO VICENTE DE LA CARRERA, BALUARTE DEL NACIONALISMO

REPUBLICANO Y LA UNIDAD NACIONAL

 

 Dr. Wilson Mera Carrera

Siguiendo la tradición de rebeldía de los habitantes de  la actual Provincia del Carchi, demostrada a lo largo de las diferentes etapas de su historia, a la que se suma la herencia genética de sus ancestros, nace en Tulcán, en 1810, Vicente de la Carrera Carabajal, un personaje de leyenda que, en su tiempo y después de su vida, sigue siendo  admirado por sus cualidades de hombre  decidido, valiente, rebelde y patriota.

Siendo muy joven, Vicente de la Carrera apoya decididamente  al  movimiento   liderado  por Luis Urdaneta  que propugnaba el regreso de Simón Bolívar a la presidencia de la Gran Colombia. Al difundirse la noticia de la muerte del Libertador, dicho movimiento se desintegra, pero el espíritu rebelde de Vicente De la Carrera, en vez de quedar debilitado, se fortalece  en la lucha frontal contra el régimen de Juan José Flores, que encarnaba el militarismo extranjero, aventurero y despótico. Por su cuenta organiza un grupo de combatientes  que los  adiestra en la hacienda Huacamullo, heredada a  su padre, ubicada en Pioter, y respalda a Vicente Rocafuerte, Jefe del  movimiento nacionalista, conocido como la Revolución de los Chihuahuas.

 

El 2 de diciembre de 1833, Vicente de la Carrera luego de atacar  la guarnición militar de Tulcán, con 40 hombres marcha a Ibarra a engrosar las fuerzas opositoras, sin lograr su cometido, pues las  del gobierno impidieron su paso. A mediados de abril de 1834, Vicente de la Carrera, convertido ya en célebre Chihuahua del Norte, con su equipo de combatientes, se une al grupo encabezado por el General José María Sáenz que regresaba de Nueva Granada a luchar contra Flores en Quito, pero fueron derrotados en Pesillo.

Ante el pacto celebrado, según el cual Rocafuerte era nombrado Jefe Supremo del Guayas y luego  Presidente de la República, y, Flores quedaba de Comandante en Jefe del Ejército, Vicente de la Carrera brinda su apoyo decidido a José Félix Valdivieso, como Jefe Supremo de la República, con el respaldo de otras provincias de la sierra. Los Chihuahuas  se sintieron traicionados por Rocafuerte y decidieron declararle la guerra. Consideraban que el militarismo extranjero seguía vigente y que quien gobernaba era Flores, por lo que Vicente de la Carrera no vaciló en enfrentar a su antiguo jefe,  acudió a la Batalla de Miñarica,  en la que se enfrentaron las fuerzas convencionalistas, comandadas por Flores, contra los ejércitos restauradores, de Valdivieso que fueron los perdedores.  Meses más tarde, lideró una revuelta mediante el sistema de guerrillas, dispersas en diferentes sitios de la actual provincia del Carchi. Las bajas causadas a las fuerzas gobiernistas fueron de consideración.

Luego de los sucesos descritos, Vicente Carrera se alejó de su acción revolucionaria; pues, había sido debilitado el movimiento nacionalista, hasta que los desafueros y arbitrariedades del tercer floreanismo  le obligaron  a enfrentarsea los integrantes del Escuadrón de la Muerte, que trataban de hacer respetar la famosa Carta de la Esclavitud. Su acción valerosa sirvió de ejemplo para los demás pueblos del norte y del resto del país.

En circunstancias difíciles para la patria, que estuvo a punto de sucumbir por las pasiones, los odios y rencores  políticos y los intereses de los países vecinos, Vicente de la Carrera vuelve  a participar, después de  15 años de inactividad. Tenía todo a su favor para formar un  gobierno autónomo en el norte,  pero no lo hizo. Pues, pensó que su proyectado gobierno hubiese traído consecuencias. Se habían proclamado tres gobiernos regionales: el de Cuenca y Loja, presidido por Manuel Carrión, el de Guayaquil, encabezado por Guillermo Franco, y el Provisorio de Quito, liderado por Gabriel García Moreno,  los cuales trataban de arrebatar el poder  al gobierno de Francisco Robles. 

Las acciones de Vicente de la Carrera fueron seguidas muy de cerca por agentes del gobierno Provisorio de Quito, tal como hace conocer Wilfrido Loor, en sus obras Cartas de García Moreno, y, Victoria de Guayaquil. Al enterarse del antipatriota convenio de Mapasingue celebrado entre Franco y el presidente peruano Castilla, Vicente de la Carrera,en actitud ejemplar, decidió no emprender acción beligerante alguna en contra del gobierno de García Moreno.  Es más, llega a un decoroso acuerdo con representantes del mismo, según el cual,  Carrera daba en venta algunas armas y se comprometía a reforzar la campaña de Guayaquil, para enfrentar a las  fuerzas de Franco  y  Castilla.

 En aras de la unidad nacional, que debía prevalecer sobre cualquier asunto personal y partidista, Vicente de la Carrera, en forma digna y altiva, con la frente en alto, sin pedir ni esperar recompensa alguna, peor pretender cargos públicos o altos rangos militares, ni canonjías de ninguna especie, se retiró de la actividad política y revolucionaria que la mantuvo por treinta años. Murió en Ibarra, víctima del terremoto de 1868.

En  honor de este ilustre tulcaneño, antecesor del intrépido “Pupo”, una escuelita del caserío Río Verde, del Cantón Mira, y una calle de la Urbanización 19 de Noviembre,  de la ciudad de Tulcán, llevan el nombre de Vicente de la Carrera.      

 

 

Resumen del discurso de incorporación del Dr. Wilson Mera como Miembro de Número de la Sociedad de Amigos de la Genealogía.