LOS INOCENTES

LOS INOCENTES

Los Inocentes, es una fiesta católica que recuerda la matanza de los niños judíos ordenada por el rey Herodes, celebrada en el calendario católico el 28 de diciembre.

En Mira, desde tiempos inmemoriales se ha convertido en fiesta popular que se la lleva a cabo desde el 28 de diciembre hasta el 6 de enero.

Los personajes se disfrazan en parejas de hombres, uno vestido de hombre y el otro de mujer, por lo general no usan máscara o careta sino antifaz o gafas, cuando los bailarines se disfrazan de negros, se pintan la cara y las manos con una pasta elaborada con el hollín de las ollas de barro mezclado con vaselina simple; últimamente ha habido variaciones, las parejas de bailarines son mixtas y ya usan caretas.

EL TARDÓN

EL TARDÓN

La bebida típica de los míreños, es el TARDÓN; consiste en una mez­cla de jugo de naranja, aguardien­te de caña llamado puntas y azú­car, más unos polvitos conocidos solo por los hacedores del tardón, los que le dan un toque mágico.

Después de beber el tardón se acos­tumbra a dar el Fijador que es una copa de puntas o aguardiente, antes se lo ha­cía en un canuto de carrizo que hacía las veces de copa, es decir, se tomaban un juco; con unos dos o tres turnos de tardón, el bebedor se pone alegre, colo­radito y contento para continuar cual­quier celebración.

Según cuenta Amílcar Tapia, historia­dor cárchense, esta bebida lleva el nom­bre de tardón, porque durante la época de la Colonia llegó a Mira un enviado desde Quito con la finalidad de realizar algunas gestiones administrativas pro­pias de su cargo.

PERSONAJES

El sacerdote católico: Él es el encar­gado de celebrar las vísperas y las misas del quincenario en honor a la Santísima Virgen de la Caridad, pagadas por los devotos y priostes por los favores recibidos. Además, durante la procesión que hacen con el castillo para ser llevado a quemarse, inicia esta pere­grinación y hace la entrega simbólica del castillo, al pueblo.

Los Priostes: Según Paulo de Carvalho-Neto "En Mira cuando celebran la Vir­gen de la Caridad, nombran Priostes Mayores y Menores, según sus aportes económicos". Tobar Donoso cita: "en nuestra jerga significa el designado para celebrar una fiesta, para pasarla, el que paga el estipendio al cura y corre con los gastos consiguientes a la bebezona o bebería (para hablar culto), que es la secuela ordinaria de la fiesta rural".

En las actuales fiestas, son personas voluntarias que por devoción a la Santí­sima Virgen de la Caridad colaboran de las siguientes formas:

  • Donan dinero a la iglesia para que el sacerdote sufrague los gastos;
  • Legan joyas, mantos para la imagen de la Virgen de la Caridad.
  • Dan manteles, floreros, lámparas, ce­ras y más objetos.
  • Cortan, secan y acarrean la chamiza;
  • Cortan y transportan la achupalla;
  • Confeccionan las banderitas para poner en los sombreros de los prios­tes que acarrean la chamiza y las co­ronas de flores de papel o flores na­turales para colocar en las cabezas de los bueyes y los adornos para las bridas de los caballos;

EL CASTILLO

El Castillo

Quema del castillo en la víspera de las fiestas.

Siguiendo con la tradición, el sacerdote en compañía de priostes, autoridades y voluntarios, con la par­ticipación de la banda de músi­cos, se trasladan desde el estadio hasta el lugar donde se encuentra el castillo ya armado; luego en procesión es lleva­do hasta el estadio acompañados de la Banda de Músicos que entona un san­juaneo, se entrega al pueblo en acto simbólico para que sea quemado, se lo ubica en el centro de la plaza para ser admirado desde cualquier lugar de ésta, la banda de músicos, entona una marcha durante los 30 o 45 minutos que dura la quema, esta melodía se la volverá a oír después de un año nuevamente; en la actualidad, la Banda de Músicos de Mira ha adoptado una nueva modalidad, va cambiando de tono de acuerdo al motivo que aparece en el castillo, de preferencia de acuerdo a los pisos que tiene el casti­llo que pueden ser tres o cuatro.

LA QUEMA DE LA CHAMIZA Y LA ACHUPALLA

 LA QUEMA DE LA CHAMIZA Y LA ACHUPALLA

Después de la ceremonia religio­sa de las vísperas, la gente se traslada al estadio para presen­ciar la quema de la chamiza y la achupalla, la misma que sirve de marco para iluminar la noche en que se lidia al novillo de bombas.