El Duende.
Parroquia: Mira
Los duendes del Carchi son melódicos y enamoradizos: les encanta la música y son bailarines. Por eso viven cerca de las cascadas, donde permanecen en sus mágicas celebraciones hasta que un desprevenido los alcanza a mirar. Más, viven en sitios inaccesibles y que son, según los abuelos, "pesados", es decir que tiene una densidad extraña que pone la carne como piel de gallina. Cuando alguien los ve no pasa nada. Pero cuando un duende o una duenda mira primero, inmediatamente la persona queda "enduendada".
Por este motivo, acuden a sus llamados en lo que se denomina las malas horas: seis y doce de la mañana, tarde y noche. Aparentemente son atraídos por la maravillosa música que entonan y los duendes como en todo el mundo son traviesos. Les colman de obsequios y de pasteles, pero cuando el "enduendado" llega feliz a su casa, las tortas son en realidad, majada de ganado, aunque el encantado siga insistiendo lo contrario.
A diferencia de los duendes de características indígenas, como el chuza longo que vive en la Sierra Central y que es un tanto sátiro, los duendes de la zona de Mira son más bien juguetones. Su rostro no tiene verrugas y son hermosos. Las duendas, según dicen, tienen la cabellera larga. La música es de apariencia celestial, porque según se comenta los duendes son espíritus, mejor dicho, ángeles caídos en desgracia y que tocaban el los Coros Celestiales. Son enemigos de los perros a quienes provocan muertes misteriosas.