La Viuda.
Parroquia: Mira
En cada casa de Mira había un farol para alumbrar con una luz mortecina las calles del pueblo durante las noches del jueves y domingo; pero esa noche era de sábado, oscura y fría. Asistimos a la sesión de la sociedad católica "Pasquel Monge", tomamos unas copitas de coñac para calentarnos; después de agotar los puntos de la convocatoria, nos despedimos y cada cual se dirigió hacia su casa.
Casa antigua con buganvillas
Mi primo Segundo y yo, subimos por la calle Bolívar y al llegar a la Plaza Nueva, cual sería la sorpresa que nos llevamos, que delante nuestro caminaban tres mujeres altas de la misma estatura, delgadas, vestidas de negro; pregunté a mi primo ¿serán nuestras vecinas? ¿qué harán a esta hora?, ¿con quién se irán a encontrar? Él no supo que responderme, frente a tanta curiosidad decidimos seguirlas; como llevaban nuestro mismo rumbo, así lo hicimos; aligerábamos el paso para alcanzarlas, pero no se acortaban las distancias.
-Vecinas, vecinas, esperen para ir juntos- parecía que ni nos oían, seguían por la carretera a San Roque, se dirigían al Culebrero rumbo a La Chimba, en ese momento nos dimos cuenta que caminaban en el airito, a muchos centímetros del suelo; sacando fuerzas de flaqueza alcancé a decir -¿ustedes son de esta o son de la otra?
La "mujer" que iba al centro nos regresó a ver y para sorpresa nuestra era una calavera. Los dos sudábamos frío; reponiéndonos un poco, decidimos regresar, pero al caminar teníamos la sensación de que en lugar de ir hacia delante nuestro cuerpo se iba para atrás, cerca de la casa cantó el gallo, dijimos, se acabó el encanto, ríos volvió el alma al cuerpo.
A los pocos días nos enteramos que algo parecido le sucedió a don Manuel Pérez mientras bajaba de El Chorro trayendo el agua de riego, las mismas tres mujeres muy elegantes, vestidas de negro y cobijadas la cabeza con pañolones magdalena también negros, bajaban al pueblo delante de él, pero al llegar a la esquina de la casa del compadré Noé, con el primer canto del gallo desaparecieron como por encanto.
Tomado del Libro “MEMORIAS DE MIRA”
Autor: Rosa Cecilia Ramírez Muñoz
