ESTOY ATRAPADO EN EL DÍA DE LA MARMOTA

Jorge Mora Varela Visto: 2440

ESTOY ATRAPADO EN EL DÍA DE LA MARMOTA

 

En los días de abril del año 2.020, me siento atrapado en la prisión del tiempo, al igual que el personaje del “Groundhog Day”, la historia del meteorólogo de la televisión que mientras cubre el evento anual del “Día de la Marmota” en un pueblo de Pennsylvania, se encuentra aprisionado en un ciclo de tiempo, repitiendo el mismo día una y otra vez, sin poder escapar ni siquiera del suicidio; siempre amanece y los días se repiten de la misma manera.

En esta oportunidad el celador es invisible, mortal, infunde temor, se burla de los líderes del mundo y de sus científicos, en apariencia es indomable y esto hace que yo me sienta atrapado en la repetición monótona y cansina de la rutina diaria, levantarme, subir a la rueda del hámster y correr en una carrera que no me lleva a ninguna parte, hasta hacerme perder la esperanza de escapar de la prisión del tiempo y el espacio.

 

La pesadilla empieza cuando abro los ojos y todo va de nuevo, el desayuno, el computador, las mismas riñas tontas e inútiles de los miserables consuetudinarios que inundan las redes sociales, con discusiones eternas, repetitivas e inútiles.

Los rezos larguísimos, insistentes e inútiles a un Dios que no sabe cómo responder, entre imágenes de seres humanos incapaces de entender su responsabilidad social y alargan de manera indefinida este insoportable “día de la marmota” que me tiene atrapado.

Los días se vuelven una tortura entre horarios que son parte de la rueda del hámster y este juego ridículo de jugar a educarse para un mundo que terminó y que tiene que reinventarse de otra manera.

Entre noticias que repiten sus mensajes carentes de verdad y de horizonte, la comida va perdiendo su sabor y la noche parece haber perdido su encanto porque le robaron el sueño.

En la película, el protagonista escapa cuando él mejora como ser humano y entonces el tiempo comienza a correr de forma normal.

Pero en esta versión global del “día de la marmota”, habría que esperar que todos los seres humanos modifiquen y asuman una nueva forma de vida y eso es imposible, entonces, la muerte si es una salida. Y no se si la tortura insoportable de la rutina que se repite un día tras otro le dé a la misma muerte la posibilidad de la fuga y el agradable sabor de la salida, con ello el fin de la pesadilla.

 

Jorge Mora Varela