El poder y la verdad llevan direcciones opuestas.
Alguien que quiera ganar las elecciones, si le dijese al electorado la verdad, las perdería.
LA POLÍTICA Y LA VERDAD
El historiador y escritor israelí, profesor en la Universidad Hebrea de Jerusalén Yuval Noah Harari, sostiene que en el siglo XXI "Si alguien que quiera ganar las elecciones, si le dijese al electorado la verdad, las perdería."
En política nunca se trata solo de la verdad.
Se necesita algo de verdad, pero así no se puede ganar una elección.
En el momento electoral se conjugan los intereses políticos, las demandas sociales y las decisiones financieras, científicas, tecnológicas, las relaciones internacionales, por las asimetrías entre pueblos y países, esto hace que el hecho político sea cada vez más complejo hacerlo, porque van en direcciones diferentes.
Es un problema que se va agravando por las demandas del mundo cambiante como el calentamiento climático, las pandemias y su manejo o el mundo digital y su desarrollo a una velocidad desconcertante y multidireccional.
Entonces parece estar en entredicho las ideas de la política y la democracia que se inventó en Grecia hace 2.500 años y sigue vigente, como los conceptos de “izquierda” y “derecha”. Por estas razones, en el siglo XXI, se debe pensar de otra manera.
¿Cómo manejar el conflicto entre los postulados políticos, las demandas sociales y el desarrollo científico, que trae consigo la hiperconectividad, la gigantesca movilidad entre seres humanos, que favorece el intercambio de culturas, una muestra son los conflictos en USA previos a la elección de Biden y la derrota de Trump, en Francia y el poder musulmán?, entre tantos ejemplos.
¿Cómo detener la transmisión por ejemplo de virus y las consecuentes enfermedades globales como el Covid-19 del 2020, la caducidad del modelo educativo imperante, la reexpresión de la espiritualidad y la religiosidad, el caos y la avalancha de información confirmada o no, en la mano de cada ser humano que tiene un dispositivo móvil e internet?
Sería ingenuo pensar que solo hay que ponerse de acuerdo. Urge repensar la política y reinventarla, porque los parámetros del pasado ya no sirven.
Y quien piensa que todo tiempo pasado fue mejor, está fuera de juego. Esto explica que, en el mundo del siglo XXI, los ciudadanos, están destruyendo las estatuas de los viejos héroes, porque ya NO creen en ellos, por lo tanto NO los representan.
Un nuevo mundo, está en pleno proceso de ebullición y lo más sabio es sentarse a mirar a la evolución en su apogeo y una vez más, esta vez estamos en primera fila ser testigos de la nueva extinción de los dinosaurios expresados en los candidatos políticos que no fueron capaces de entender al nuevo mundo al que quieren gobernar y están condenados a morir y no hay nada que hacer.
Así es la historia del mundo.
Jorge Mora Varela