DIEGO OQUENDO Y EL ARTE DE TENER AMIGOS, SOBRE TODO “BUENOS ENEMIGOS”

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DIEGO OQUENDO Y EL ARTE DE TENER AMIGOS, SOBRE TODO “BUENOS ENEMIGOS”

El caso de Diego Oquendo es paradigmático, porque permanecer en la cresta de la ola de la comunicación ecuatoriana por más de medio siglo es significativo, de hecho, coincido con aquellos que piensan que Oquendo marcó una época en el periodismo ecuatoriano.

Un principio del carácter humano es el anhelo por ser apreciado y por ello es saludable tener amigos, fieles y añejos, si además puedes influir sobre las personas mejor.

Pero, ¿Hay de tener enemigos?

Una vieja escuela de pensamiento japonés recomienda entre muchos de sus preceptos para tener una vida exitosa: “tener buenos enemigos, los mejores enemigos”.

 

El escritor español Arturo Pérez-Reverte sostiene que “Saber que hay gente detrás tuyo esperándote con una navaja te ayuda a mantenerte vivo”. Un buen enemigo es un aliado maravilloso, sostiene Pérez-Reverte.

En el mundo de todos los seres humanos, se construyen amistades y enemistades; aliados y detractores, han sido una constante durante toda su historia como resultante de las interacciones sociales, que generan afectos y desafectos, es una consecuencia natural de la vida humana en sociedad, simplemente es así.

El retiro de Diego Oquendo de la arena comunicativa, evidencia sobre todo en las redes sociales, su capacidad para hacer amigos fieles y enemigos furibundos y creo que esa ha sido la clave de su éxito en el periodismo en todas sus facetas, tomar partido, asumir una posición y desde ella: preguntar, mirar, hurgar, cuestionar a los poderosos del poder político y con ello logró incomodar, molestar ponerse en la mira, ser objeto de ataques, persecuciones de los poderosos políticos y de sus amigos, llámese dictaduras, Febres Cordero o Rafael Correa y esa fue la clave de su vigencia en primera línea de la comunicación ecuatoriana.

En el año 2.022, a Oquendo le llegó la hora del retiro profesional y aún tiene hilo en el carrete para seguir generando escozor y lo hará con las prometidas publicaciones de sus memorias que al igual que su vida serán controversiales, tendrán adeptos y detractores, amigos y enemigos y como decía un meme en las redes sociales: Diego Oquendo sigue vivo, para felicidad de muchos y la amargura de otros tantos.

Diego Oquendo Silva, en el periodismo y en la vida, ha sido, es y será: genio y figura.

 

Jorge Mora Varela

 

Imagen tomada de: Twitter Diego Oquendo.