El bendito algoritmo

En mis redes sociales veo a gente que no conozco y no veo a mis amigos.

El bendito algoritmo

La pregunta nace porque he comenzado a ver en “mis redes sociales”, noticias, novedades, fotografías, videos, historias de personas que no son parte de mis contactos y que no conozco.

¿Por qué “mis redes sociales” las ocupan estas personas?

La respuesta parece ser que ya NO son mis redes sociales, ahora son REDES dónde la IA ha detectado mis gustos e intereses particulares, por lo tanto debería resultarme placentero e interesante y en consecuencia yo debería permanecer conectado.

redes sociales

En los nuevos tiempos parecería indicar que ya importaría a quien pertenezcan las noticias, novedades, fotografías, videos, historias, los importante parecería ser que llamen la atención, atrapen y entretengan.

¿Y quién lo decide? el dueño de la red, sus intereses y los de sus amigos (inversores), que utiliza el ALGORITMO en complicidad con la IA, para tener un mercado creciente de “adictos” a las redes, por más tiempo y sin capacidad de selección de a quién y porqué seguir, solo que generen atención y placer.

Es una verdad de perogrullo, que, para los dueños de las redes, solo seamos potenciales consumidores de contenido y de bienes y servicios que nos lo traguemos sin chistar.

En lo particular me agrada interactuar con “mis contactos”, pero para los dueños de las “redes” esos son mercados insignificantes, no rentables, por lo tanto, ya no importan los contactos de las personas, solo contenido que atrape y se pueda viralizar.

Y siempre hay los “pendejos” expertos en compartir y compartir y compartir, morbo, estupideces, fanatismos y basura entre tantos productos comunicativos capaces de viralizarse (consumidos por muchos), ahí está el secreto.

Solo revisen en sus redes sociales, las sugerencias de productos, de bienes, de servicios y de un número más creciente de extraños que al parecer “iteractuarían” de manera inocente con cada uno de nosotros.

Porque el bendito algoritmo y la inteligencia artificial así lo señalan para alcanzar las cuotas de mercado que los inversores y patrocinadores en redes esperarían a cambio de sus inversiones.

Y ahí vamos en redes, dónde pensamos que interactuamos con “nuestros contactos”, pero solo somos parte de un rebaño que deberíamos consumir y actuar como metástasis, para ampliar los mercados que les interesa a los dueños del negocio.

Y lo paradójico es que la difusión de estas ideas depende del criterio de difusión que le asigne el bendito algoritmo y lo que decida la IA.

 

Jorge Mora Varela

 

Imagen tomada de: omnesmag