Mama Paula Chimbo

Mama Paula Chimbo

Parroquia: Mira.

 

En un recodo del camino a Pueblo Viejo, me encontré con Paula Chimbo, era una mujer muy vieja, de pequeña estatura y vestía mo­destamente, usaba folleras grandes, que arrastraban el suelo, una blusa de olán y cobijando su espalda una chalina de color rojo.

Capilla de la hacienda Pueblo Viejo de Mira.

 ¡Buenos días Paula! ¿cómo has pasado? La mujer contestó con voz entrecortada -Buenos días don Juan Manuel- cómo está. Mi abuelo que trabajaba como Mayordomo, siguió conversando con la mencionada mujer mientras caminaban hacia la casa de la hacienda. Al llegar frente a su choza me invitó a pasar, entramos a la habitación, me senté en el bordo de la cocina, era la primera vez que la mujer estaba un poco sobria; casi todos los días que iba a Pueblo Vie­jo le encontraba chumada, era su cos­tumbre, tomaba guarapo que le regalaban en el trapiche de la hacienda. Pre­gunté en tono amable -Paulita ¿por qué te chumas?, ¿de donde sacas tanta plata?- Ella un poco recelosa y desconfiada me dijo: - Verá don Juan Manuel, en el depósito que hay en el Barranco, hay montones de plata, al entrar ahí están la Virgen de Dolores y San Pedro con el guango de llaves, pero también está la culebra que cuida el tesoro. Tengo este pilche, -y me mostró el objeto- es la medida que me sirve para coger mi parte cada que necesito, debe ser el pilche a ras, ese es el pacto; otras personas tambien lo han hecho, pero como son muy ambiciosas, quieren coger más de lo permitido, ya no salen más. Como esto era un secreto a voces en el caserío, dos chiquillos, Calixto y Guillermo queriendo descubrir lo que sucedía, entraron al troje de la hacienda, al ver que estaba muy húmedo, le desenladrillaron una buena parte, encontraron la entrada de un túnel, que estaba empedrado con piedra sellar y tejida de juco, quitaron el obstáculo e ingresaron por un trecho como de unos siete metros más o menos, no pudieron avanzar más. Supuestamente conducía a la cuadra del coco y continuaba hacia la quebrada del Barranco, que según Mama Paula Chimbo, era el lugar de donde sacaba la ración de plata que le servía para vivir.

Así pasó la vida de esta co­nocida mujer de Pueblo Viejo, llevándose un secreto bien guardado, hasta el día de su muerte, después todo quedó en silencio; talvez después de leer esta leyenda, algún arriesgado quiera desentrañar el misterio y emprenda la tarea de buscarlo y encontrarlo ¡Suerte!.

 

 

Tomado del Libro “MEMORIAS DE MIRA”
Autor: Rosa Cecilia Ramírez Muñoz