Los Dueños de Narchín

Los Dueños de Narchín.

Parroquia: Mira

El camino a la laguna presentaba un hermoso paisaje, se podían divisar plantas nativas como puma-maques, zuros, chucas, mortiños, moras, chupucallos, corrían venados, cantaban infinidad de aves; como ya eran las cinco, talvez un poco más, los conejos salían de sus madrigueras para aprovechar el sol de la tarde que ya se estaba ocultando. Al llegar a la laguna, cual fue mi sorpresa, salían de ella dos niños desnudos, un niño y una niña de unos seis años más o menos, asombrado e incrédulo pregunté para mis adentros ¿quiénes serán?, ¿qué harán aquí?, ¿por qué estarán desnudos?, ¿no sentirán frío? ¿serán gemelos? me contesté ¡si! así parecen. El niño llevaba terciado sobre su pequeño hombro un gran libro.

Como en El Hato era un secreto a voces, al poco tiempo los moradores del rancho, espiaron a los niños y lograron capturar únicamente al varón, la niña se metió en la laguna y dentro de esta lloraba y lloraba inconsolablemente, se podían escuchar diariamente sus sollozos y gemidos.

Al niño lo llevaron a la casa de la hacienda, allí creció, aprendió a montar a caballo, pero en la montura que él ocupaba tuvieron que hacerle un agujero porque tenían un rabo muy largo. Las personas que llevaron al niño, leyeron el libro que este traía, se enteraron que eran las escrituras de los terrenos de Narchín. Pertenecían a estos dos niños que eran hermanos y habían quedado huérfanos, la verdad era y sigue siendo un misterio. Según decían, el niño tenía que vivir hasta que viva su hermana, de esto se sabía porque la niña lloraba to­dos los días dentro de la laguna; hasta que, un buen día la niña dejó de llorar, entonces el muchacho sin ningún moti­vo aparente murió también igual que su hermana. Así las tierras de Narchín pa­saron a nuevos dueños.

 

Tomado del Libro “MEMORIAS DE MIRA”
Autor: Rosa Cecilia Ramírez Muñoz