“Se hace tarde y todavía llueve”, de Carlos G Mafla H, una poesía con sabor a nuestro
Un libro de poesía se lo debe leer como si se bebiese una taza de café, sin prisa y hay que saborear cada verso, como cada sorbo de la aromática y sugerente bebida.
Esa es la única forma de apreciar en su real dimensión al libro de poesías “Se hace tarde y todavía llueve” de Carlos Mafla, porque cada verso, como cada sorbo, sabe a nuestro, en todas las dimensiones del ser humano, en el cuerpo, en la lluvia, en el frio, en el deseo, en el amor, en la nostalgia, en el dolor.
* Llovía… llovía… en la ciudad llovía…
La tarde era gris… era fría…
Y tuve miedo… de morir…
Y sin decirte que te amo
Así escribe este hombre nacido en nuestra tierra, con las primeras letras que le regaló las aulas de la escuela Isaac Acosta, que no marchitaron las aulas del Colegio Técnico “Vicente Fierro”, que se fortalecieron en las aulas de la Universidad Central y en la Universidad Particular de Loja.
Son los versos sensibles de este profesional del derecho y que labora como Abogado de los Tribunales de Justicia del Ecuador.
* Amor mío cierra la puerta…
y…
y cúbreme… cúbreme de besos y trigales…
Por esta razón, no me sorprende su primer premio en el concurso de poesía de la Universidad Central del Ecuador y los primer y segundo lugar en diferentes años de los mismos concursos de la Universidad de Loja.
Este caudal interminable de versos y poesía de momento han desembocado en los libros publicados: “Caminando en mi atardecer” y “Se Hace tarde y todavía llueve” y por supuesto que la producción literaria de Carlos seguirá y el futuro nos deparará nuevas obras.
Es que el torrente de ideas y su capacidad creativa está intacta, irreverente, provocativa, cargada de vitalidad y de erotismo, características indiscutibles del alma joven.
* La amo…
La recorro y la desvisto…
La desvisto y la recorro…
La lleno de mí…
La amo y no la dejo ir…
Aunque rauda y sutil su ausencia me asesine…
Deseo expresarle a Carlos Mafla, mi complacencia, por su poesía, que de alguna manera desnuda su alma y muestra esta profunda metamorfosis desde cuando fuimos jóvenes alrededor del pueblo, del bosque, del futbol, de la parroquia Cristo Rey y que al cabo de los años me sorprende como un hombre integral, profesional, sensible, comprometido con la cultura de su pueblo.
* Soy ternura en las furias de mi cuerpo…
Soy un rayo de sol muriéndose… muriéndose de frio…
Así lo testimonian sus obras y las que vendrán. Felicitaciones querido amigo.
Jorge Mora Varela
* Versos del libro "Se hace tarde y todavía llueve" de Carlos G. Mafla H.
