Adivinanzas

Adivinanzas

Entre Violines. Óleo sobre lienzo - Darwin Mafia.

Los acertijos son más que juegos verbales. Es la posibilidad que la inventiva popular transforme el lenguaje para que su sabiduría esté presente, en otras perspectivas de la cultura popular. Nada mejor que encontrar en las adivinanzas también las referencias de la cotidianidad de un pueblo.

MIKÁN Y LA PAILA DEL DIABLO BELCEBÚ

MIKÁN Y LA PAILA DEL DIABLO BELCEBÚ

(Basada en relatos antiguos del norte del Ecuador)

Por: Ramiro Cabrera Revelo

1. EL ESCAPE DE LA PRISIÓN DEL TÍO PASCUAL.

El gorrión gigante a quien conozco como Paw entiende lo que digo cuando le acaricio sus plumas marrones parecidas a la capa de un príncipe, miro su cabeza moteada con finas plumas rojas que van con su pico oscuro y en sus ojos negros como la obsidiana veo un pequeño reflejo de mi rostro. Mi cabello es café y rizado con un mechón que siempre cae entre mis ojos violetas, pertenezco al Pueblo de las Flores, mi nombre es Mikán. 

Subo al lomo del gorrión para alzar el vuelo y sus alas se abren permitiéndome galopar más cerca del cielo azul, a la libertad. Él trina y trina de alegría. Abajo veo la conmoción que desató mi escapatoria de la horrible prisión en que el tío Pascual me tenía encerrado, oigo a sus guardias desconcertados gritando a toda voz: ¡Se lleva la barra esmeralda! Aferro esta joya que ahora es otra vez mía y suenan dentro mil tambores en el pecho.

Los Fantasmas del Teatro Lemarie

LOS FANTASMAS DEL TEATRO LEMARIE

Por: Ramiro Cabrera Revelo

Dicen, cuentan y murmuran que en el Teatro Lemarie de Tulcán existe un grupo de fantasmas que lo ha elegido como su hogar. No es que sea una persona aficionada a este tipo de historias fantasiosas o que busque novelerías en las conversaciones de mis amigos. Soy ante todo una persona racional que ha cursado por la academia y me llevo del dicho “ver para creer”. Sin embargo, los relatos convincentes con testigos incluidos me afirman los hechos.

Sin más, quiero compartirles lo que he recogido con el ánimo que ustedes estén prevenidos si es que alguna vez se quedan solos en la sala principal, en los camerinos, en las salas de exposiciones del segundo piso, en los palcos o en la sala de proyección, o si son los últimos en salir y se apaga la luz súbitamente y quedan cegados por el encierro. Tómenlo como un instructivo que puede evitar un ataque cardiaco y salvarles la vida.

La Señora Muerte

La Señora Muerte.

Hace muchos, muchísimos años, vivía un hombre que deseaba co­nocer personalmente a la Muerte. El propósito de semejante inten­ción era expresar su agradecimiento, por­que consideraba que era la única persona -si así se puede llamar- que vivía sobre la faz de la tierra, que es de una equidad tan admirable que no reconoce ni a ricos ni a pobres, ni a blancos o negros, peor a niños y viejos. Cuando es la hora, no hay quien pueda replicar.

Negros de La Concepción llevan un muerto en chacana

Este singular personaje pidió a su mujer que le alistara algo de comer para el viaje. El pedido consistió en una galli­na asada, con aliños olorosos. Fue así como una mañana emprendió su pere­grinación para conocer a la Señora Muerte, como dio en llamarla. Iba en un brioso caballo y aunque anduvo mu­chas leguas nunca se encontró con la Señora Muerte. Más una tarde de niebla, en la encrucijada de un sendero divisó un caballo y un jinete que llevaba una guadaña, envuelto en una enorme capa negra. Era la Señora Muerte.

Aquel niño

Aquel niño

En un pueblo muy bonito vivía José, hijo de una modesta familia, una mañana se levantó muy emocionado y pidió a sus padres que le compraran, una bicicleta, un nintendo, un carro de juguete con motor, varias docenas de caramelos, confites y golosinas.

Ante esto los padres que no tenían los recurso le dijeron: que le comprarán todas esas cosas con una condición; y esta era que él primero traiga algunas cositas como: