EN EL CEMENTERIO EL MIEDO FUE TAN GRANDE, QUE DECIDIERON NO VOLVER

Jorge Mora Varela, presenta un relato del realismo mágico

carchense, que va por el sutil camino de la leyenda.

 

Si una LEYENDA es una narración que cuenta

un hecho real o ficticio enriquecido con elementos

fantásticos del bagaje cultural de un pueblo.

 

Ninguno de los acompañantes del cortejo fúnebre lo podía creer, ni entendían lo que estaban viendo, al difunto lo iban a enterrar en un nicho cualquiera de uno de tantos cementerio en la capital, porque en el hermoso campo santo de su pueblo desde hace más de una década él había hecho construir un mausoleo precioso para que llegado el momento allí sean colocados su cuerpo y los de su familia, sin embargo iba a ser sepultado en el anonimato de la gran ciudad.

EN EL CEMENTERIO

EL MIEDO FUE TAN GRANDE, QUE DECIDIERON NO VOLVER.

Todo empezó cuando cada vez que visitaban el cementerio, donde había construido el mausoleo familiar, su esposa le decía mire la losa grande, no está igual que siempre, el hombre miraba y nada parecía estar fuera de lugar, todo parecía estar dentro de lo normal.

Pero su esposa insistía con el mismo comentario, cada vez que llegaban al mausoleo familiar:

“mire que no está como la última vez”

El hombre miraba la construcción donde algún día reposarían los cuerpos de él y de los miembros de su familia y no podía determinar la razón del comentario de su esposa.

La situación se volvió incómoda, la mujer insistía con que “nunca la losa estaba como la última vez”, sin embargo para los ojos del hombre todo estaba igual y esto generaba una tensión que empezó a manifestarse con expresiones gestuales y verbales de mal humor en tonos altisonantes y groseros.

¡No está como la vez anterior!

¡Todo está igual!

EL OPROBIOSO ORIGEN DE LOS TOROS DE FUEGO DE MIRA

EL OPROBIOSO ORIGEN DE LOS TOROS DE FUEGO DE MIRA

 

En la población de Mira en la Provincia del Carchi, se celebran las fiestas de la Virgen de la Caridad con una corrida taurina, con un toro que tiene su cornamenta en llamas.

Pero ¿de dónde nace esta manera de celebrar una fiesta religiosa?

Fuente: Internet

El investigador español Fermín Mayorga, experto en el tema de la Inquisición y el Santo Oficio en España ofrece datos que permiten entender ciertas tradiciones y costumbres que nacen bajo ciertas circunstancias y que luego se difunde por el mundo sin que nadie recuerde sus orígenes o sus razones y se instalan en cualquier parte, para celebrar cualquier cosa.

 

La Inquisición

La Inquisición española o Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición, fue una institución fundada en el año de 1478 por los Reyes Católicos, para mantener la ortodoxia católica en sus reinos. Nacen con los “Autos de Fe” o juicios a los que se sometían a quienes profesaban una fe diferente al catolicismo.

La Inquisición fue un Tribunal creado por el Vaticano para eliminar a las prácticas de fe diferentes al catolicismo, como el Judaísmo, el Islamismo, el Luteranismo o a quienes no creían en la divinidad de Jesús de Nazaret, entonces utilizaron las hogueras para matar a los que pensaban de manera diferente o que a través del terror intentaban persuadir a los no católicos a adoptar su fe religiosa.

“EL CABALLERO DE HOJALATA DEL RIO APAQUÍ Y LA VIRGEN DE LA GRUTA DE LA PAZ”

Jorge Mora Varela

Presenta una enigmática historia del realismo mágico carchense

 

“EL CABALLERO DE HOJALATA DEL RIO APAQUÍ Y LA VIRGEN DE LA GRUTA DE LA PAZ”

Prólogo

Aquel año habíamos decidido realizar el campamento de niños en la casa de retiros de la Gruta de La Paz, que pertenece al Cantón Montúfar de la Provincia del Carchi.

 

Viajamos al lugar en un enorme bus, la nueva sensación nos permitía mirar el entorno como si fuésemos los espectadores privilegiados que pueden apreciar todo desde un balcón de un segundo piso, de manera que cuando el automotor entró al estrecho y precario camino que lleva al lugar del encuentro, desde la parte más alta de la montaña, pudimos observar la dimensión y la abisal profundidad de la cañada, se podía sentir la fascinación que provocaba la vista, en medio del vértigo y temor por lo agreste del lugar, dibuja un paisaje que describe uno de los caprichosos rincones de la geografía carchense.

La presencia cristiana en el sector

A partir de la llegada de los españoles y para huir de los conquistadores, en estas tierras se habían desplazado los grupos de nativos como los “Tuzas” y los “Tuquer” que poblaron estas tierras a manera de refugio natural, recóndito, seguro, placentero y con agua.

La cristianización que vino de mano de la conquista española, se extendió por la región, hasta que en el siglo XIX, la Orden de los Mercedarios se estableció en la zona con la construcción de capillas, por iniciativa y gestión del Fray Mercedario Agustín Valdospinos, ante el Presidente de la Real Audiencia de Quito, Don Melchor Aymerich, en el lugar donde hay una gruta natural inmensa, que los nativos llamaban Rumichaca, en Pialarquer, cuya jurisdicción le pertenecía en ese entonces a la "Villa de Ibarra”.

 

Los Mercedarios

Fundación

Durante setecientos años, entre los siglos VIII al XV, la Península Ibérica fue tierra de disputa entre los cristianos y los musulmanes. En estas batallas los cautivos eran destinados a trabajar como servidumbre y cada grupo buscaba imponer su cultura y sobre todo su religiosa.

Las autoridades políticas y religiosas cristianas buscaban liberar a su gente y ofrecer la redención de esos cautivos y es en este contexto histórico surgió la Orden de la Merced.

El Playo

EL PLAYO

Corrían los años setenta, apenas lo recuerdo; Tulcán tenía calles empedradas y postes de madera con una luz tenue que parecían mecheros de nostalgia y ternura. Así, en Tulcán la máxima diversión y entretenimiento eran las películas mejicanas, aquellas donde el chullita "era el macho" y a flor de golpes, tiros y cantos imponía el orden y la justicia; recuerdo los teatros Lemarie y Riofrío, fueron el centro de atracción para el hombre de la ciudad, inclusive del campo, además de escuchar buena música en las radios locales Ondas Carchenses y Rumichaca, de vez en cuando asistir a las peleas de gallos, toros populares, banda de pueblo, pues en aquel entonces se respiraba paz y confraternidad.

Por aquellos años existió alguien que no pidió ser personaje, pero que el destino sin pedir permiso lo convertiría en el centro de atención de niños y adolescentes, su nombre Juan, su apellido... no importa, simplemente Juan vino cobijado de una inmensa soledad, vivió solo y se fue solo, sin decir nada con su nostalgia y cansancio en los hombros.

La Leyenda del Guagua Negro

La Leyenda del Guagua Negro.

El guagua negro se asoma cada noche de luna en el paso del Nudo de Boliche y lo hace a toda persona que tiene mal corazón.

Hay varias versiones acerca de esta leyenda. Cada una de ellas tiene un argumento diferente, pero en el fondo hay una especial coincidencia en lo que a razones, lugares, y objetivos se refiere.

El Nudo de Boliche es un accidente geográfico que divide a las hoyas del Carchi y la del Chota. Su paso es obligado para todo viajero que quiere llegar a Tulcán. La jomada se inicia en el antiguo pueblo de Orejuela, hoy llamado Julio Andrade y tomando la cuesta de "Culebras", llegaban a la posada que llamaban "Piedra Plancha" o del "Pumamaque". De allí tomaban el descenso designado como "cuajada" o "Resbaladera" hasta llegar a la "Puerta de Estanco" y pasar a Tulcán. Los caminantes apresuraban su paso para ascender o descender, pues temían a la noche y con ella los asaltos, el frío excesivo y sobre todo el "guagua negro", el cual aparecía intempestivamente sobre cualquier roca con un poncho pequeñito, unos calzones sumamente grandes, alpargatas y en su diestra un "perrero" o fuete de arriero, con el cual espantaba a los viajeros, pero no a todos, sino a quienes demostraban mala conducta o mal corazón. Sin embargo, el susto era mayúsculo y todos invocaban a la Virgen de las Lajas al llegar a tan singular paraje.