EJIDO SUR DE TULCÁN.
Para ser feliz, me basta caminar por mi ciudad al caer la tarde con sus grises azulados, y el viejo arrayán fiel testigo del paso de generaciones aproximadamente por dos siglos; cómo no ser FELIZ con el frío acogedor de nuestro Tulcán. Su gente tan sencilla y buena hermanos en la bondad.
Casa del poeta y declamador Wilson Viveros.
Óleo de Luis Rosero Mora