EL NACIMIENTO DEL VOLCÁN CHILES
...Pero se cuenta por ahí, que en cierta ocasión, la luna se atrevió a pasear por las lagunas que se encontraban cerca a un territorio donde vivía un extraño poeta, solitario y vagabundo como el viento del páramo frío.
Aquella noche, se dice que los ancianos delante del fuego relataban viejos cuentos de anocheceres y amaneceres estelares.
Se cuenta que aquesta luna escuchó las historias de los venerables ancianos y decidió acercarse a la pira de fuego que compartía la tribu donde estaban los ancianos; todos sintieron la mirífica sensación de mirarla en su expresión física de diosa, se prendaron de su belleza y hasta se asustaron, se atemorizaron al mirar a tan bella presencia; todo quedó en silencio, excepto por unos pasos lejanos que cada vez más se acercaban prudentemente hasta aparecer, por entre los asistentes al drama de los abuelos relatores. Era, el poeta. Venía decidido a dejar por entre ese sagrado silencio, unas frases que nadie comprendió, unos suspiros amarrados a su corazón. Todo era debido a la magia de Dios, a una magia que domina a los universos: el AMOR.
Se cuenta que el misterio había planeado aquel encuentro entre el bardo y la luna.
Y se fueron el bardo y la luna a danzar entre pajonales y los susurros del viento; y, luego desaparecieron alejándose en el secreto de la oscuridad. Nadie nunca los volvió a ver juntos, o que la luna descendiese a las lagunas otra vez. Menos aún se supo de aquél escritor de silencios. Simplemente se perdieron en la negrura de aquella lejana noche.
...Ya cuando el radiante padre sol despertaba, cuentan que entre una cuna roja de fuego pétreo se alzaba, crecía un volcán, al que luego los sabios ancianos venerables habrían de poner el nombre de Chiles; según la voz del misterio le había susurrado despaciosamente al más anciano de los chamanes.
Por: Miguel Bolaños Vela (Angelus)