NO TAN BAJO MIJIN

NO TAN BAJO MIJIN

Es maravilloso como cada pueblo desarrolla sus propios expresiones que dibujan  de manera pintoresca sus rasgos  de identidad a través del lenguaje, ya sea  en el barrio, la escuela, en algunos medios de comunicación o en las redes sociales donde  hacen un ejercicio sincrético al mezclar sus raíces culturales con el mundo global.

Estas formas de expresión que cada joven manifiesta sin pudor y sin complejo, a los ojos de los puristas del lenguaje les sabe a sancocho o a fanesca lingüística.

Por la tarde podemos lookear en una "snaki" cualquiera  a una bola de “broders”, comiendo prójimo, hablan con afán de la "live" de unos  “manes”, que luego de escurrirse de sus taitas que no los cachan y  aunque algunos de ellos les ven la cara de cojudos a sus cuchos, hacen tiempo en las huecas, donde jaman “un mishque buenáso”, antes de buitrear durísimo a las chivas que salen de la school…..

 

Sin embargo el uso permanente, cotidiano y exclusivo de esas formas de expresión, limitan la capacidad de comprender, argumentar y adaptarse a las exigencias de la educación formal y que son un indicador decisivo de la calidad de la educación.

El filósofo y lingüista Basil Bernstein, alerta sobre el fracaso académico y de la dificultad que enfrentan los estudiantes que provienen de sectores sociales donde la comunicación formal e informal se hace con el uso exclusivo del lenguaje popular como el descrito, caracterizado por el escaso uso de palabras que son simples y pobres de significado.

El autor sostiene que es una manera cruel de dominar a las masas al disminuir su capacidad de comprensión para mantenerlas aisladas y alejadas, inclusive por decisión propia cuando estos grupos sociales en su mayoría jóvenes aseguran que leer o aprender nuevas palabras es aburrido, que es cuestión de gusto y que esto no los hacen más o menos inteligentes.

Pero que de manera sutil los relega, los marginaliza, disminuyen sus probabilidades de inclusión social, que no depende de una declaración legal en la Constitución del país, sino de participar con posibilidades de éxito académico donde el lenguaje adecuado es una de sus herramientas fundamentales.

Por lo tanto la invitación es a subir de nivel y el único camino es leer más y mejor, a buscar palabras más ricas de significado, a mirar al mundo desde escalones más altos de sentido y relevancia.

 

Jorge Mora Varela