Desde el “realismo mágico carchense” Jorge Mora Varela presenta la tierna historia de un niño que reencontró la felicidad.
El tierno milagro tras en el concurso de Arte infantil "BRUNO RAMIRO NARVÁEZ PAZOS"
Dedicado a Bruno Narváez Pazos, Luis Rosero Mora, Edgar Flores Pazos y todos los artístas plásticos de mi pueblo.
En la Vigésima edición del concurso de Arte infantil de la CCE Núcleo Carchi por la Paleta de Oro 2025 "BRUNO RAMIRO NARVÁEZ PAZOS", el “Hermano Páramo”, pasó un hecho discreto, significativo, inexplicable y feliz.
Había un pequeño concursante que, por los avatares de la vida, había quedado solo; la prematura muerte de sus padres y al ser un hijo único había hecho que la existente de este pequeño tenía los más grises augurios.
Pero la iniciativa de la CCE Núcleo del Carchi, llamó su atención y sin tener idea del arte del dibujo en la soledad de su habitación empezó a garabatear imágenes que evocaban sus tiempos felices en el páramo del Ángel y en las faldas del Chiles, cuando paseaban con sus padres y sus amigos.
Una noche luego de dibujar unos trazos sin mucha gracia, se metió en entre las cobijas de su cama y mientras miraba sus garabatos empezó a quedarse dormido, de repente y en medio de un sobresalto observó que detrás de los arboles pintados por él en su cuadro, alguien que lo llamaba, mientras le sonreía.
Nuestro amigo se levantó con el temor de no saber si era real lo que parecía moverse en el interior de su pintura, con recelo se acercó y era real lo que miró desde su cama. Uno de sus dibujos le sonreía y lo llamaba.
Cuando estuvo cerca del lienzo, el dibujo estiró su mano hasta tocar a nuestro amigo y lo invitó a seguirlo y así lo hizo, nuestro amigo saltó al interior de su cuadro y empezó a jugar por los lugares que él mismo había dibujado, corrió, saltó, rió y luego de sentarse sobre una piedra salió de su cuadro y fue a su cama a descansar con una gran sonrisa en su rostro.
Al otro día, su cabeza estaba llena de ideas para dibujar, para pintar, para recrear lo que había visto desde dentro y así fue su rutina, trabajaba con su lienzo y al primer llamado de sus amigos, saltaba al interior de su cuadro para jugar, para tener amigos y para ser feliz.
Hasta que llegó el día de la Vigésima edición del concurso de Arte infantil de la CCE Núcleo Carchi por la Paleta de Oro 2025 "BRUNO RAMIRO NARVÁEZ PAZOS", el “Hermano Páramo”, nuestro amigo llegó al evento, participó con alegría y puso sobre su lienzo lo que recordaba de sus aventuras dentro del cuadro.
Nunca le importó si ganaba o no el concurso, solo sabía que en la pintura había encontrado la llave de la felicidad.
FIN
Imagen tomada de la CCE Núcleo del Carchi