El Árbol de Carache.
Parroquia: La Concepción
Paso obligado es el camino que comunica a casi todos los poblados que se hallan asentados en la margen derecha del río Mira, ya sea que vayamos en carro o a pie.
Enrique que visitaba por primera vez estos lares, de pronto sintió que todo su cuerpo estaba cubierto con manchas y no alcanzaba a descifrar el enigma. Se había sentido bien durante todo el día, pero sin saber como había adquirido esta rara enfermedad.
Al llegar a Chamanal, pidió a un amigo un remedio para curarse de su dolencia, pero para su sorpresa le contaron la historia del árbol de carache.
Todos los transeúntes al encontrarse en el camino al árbol, deben hacerle una reverencia inclinando la cabeza y saludarle: diciendo: ¡Buenos días señor Carache! ¡Buenas tardes señor Carache! o ¡Buenas noches señor Carache!, según la hora a la que el caminante se encuentre por ese lugar.
Si alguna persona extraña al sector pasa frente al árbol, de seguro que se enferma, porque no sabe que es preciso saludarlo. Por lo que pidieron a Enrique, que si quería sanarse, tenía que regresar al siguiente día y pasar frente al árbol, hacerle la reverencia y en el acto quedaría sano y salvo, el no creía en estas supersticiones, pero no tenía otro remedio, probaría lo que le sugirieron y sea lo que Dios quiera.
Así lo hizo, tal y como le habían recomendado, misteriosamente se sanó y regresó con una experiencia nueva, incrédulo por la misteriosa enfermedad y sanación, aunque con la promesa de que siempre saludaría a cualquier árbol de carache que se cruzara por su camino.
Hay quienes dicen que para curarse del mal del Carache tienen que coger las hojas de zanahoria, después hay que chamuscarlas en el fuego, hasta que produzcan ceniza y con eso se frota el cuerpo. Sin embargo, por las dudas, hay que tener siempre listo el saludo al Señor Carache.
Tomado del Libro “MEMORIAS DE MIRA”
Autor: Rosa Cecilia Ramírez Muñoz