EL POBRE HILACHA

ANÉCDOTAS

 

EL POBRE HILACHA

Cierta tarde, llegó un señor que esta­ba de paso por este pueblo, pidió posada en una casa para pasar la noche y al otro día emprender el viaje.

Los dueños de casa gustosos hospe­daron al viajero.

En la madrugada del nuevo día, este se despidió y dijo:

-Se va el pobre hilacha.

-Bueno, dijo la dueña de casa y se despidió del viajero.

Mas tarde el dueño de casa necesita­ba el hacha con que rajar la leña para prender la tulpa y hacer el desayuno, la buscaba por todas partes y no la encon­tró.

Entonces la mujer le dijo:

-El huésped que pasó la noche aquí, cuando se despidió, clarito dijo: se va el pobre y la hacha, o sea que él se llevó el hacha, ya no busques más.

 

EL GALLO

Lo mismo sucedió otra vez con otro huésped al que también hospedaron de buena manera. Se levantó lo más madrugado posible para continuar con su viaje. El dueño de casa le dijo:

-No se vaya tan temprano, espere a que cante el gallo.

El huésped contestó:

-No se preocupe, en el camino me ha de ir cantando, y se alejó agradeciendo la posada. Los dueños de casa se durmieron nuevamente y esperaban que cante el gallo para levantarse, porque esta ave es el reloj de los campesinos, canta cada hora a partir de las tres de la mañana. Pero en esta ocasión el gallo no cantaba.

Entonces los adormilados anfitriones, recordaron las palabras del malagradecido huésped: "en el camino me ha de ir cantando".

 

Tomado del Libro “MEMORIAS DE MIRA”
Por: Rosa Cecilia Ramírez Muñoz