...Pero se cuenta por ahí, que en cierta ocasión, la luna se atrevió a pasear por las lagunas que se encontraban cerca a un territorio donde vivía un extraño poeta, solitario y vagabundo como el viento del páramo frío.
Aquella noche, se dice que los ancianos delante del fuego relataban viejos cuentos de anocheceres y amaneceres estelares.
Se cuenta que aquesta luna escuchó las historias de los venerables ancianos y decidió acercarse a la pira de fuego que compartía la tribu donde estaban los ancianos; todos sintieron la mirífica sensación de mirarla en su expresión física de diosa, se prendaron de su belleza y hasta se asustaron, se atemorizaron al mirar a tan bella presencia; todo quedó en silencio, excepto por unos pasos lejanos que cada vez más se acercaban prudentemente hasta aparecer, por entre los asistentes al drama de los abuelos relatores. Era, el poeta. Venía decidido a dejar por entre ese sagrado silencio, unas frases que nadie comprendió, unos suspiros amarrados a su corazón. Todo era debido a la magia de Dios, a una magia que domina a los universos: el AMOR.