ENTRE EL CHAUVINISMO Y EL COMPLEJO DE INFERIORIDAD

En mi infancia crecí convencido que el himno nacional de Ecuador era segundo más hermoso del mundo después de la Marsellesa de Francia, pero al parecer lo mismo pensaban los mexicanos, colombianos, peruanos, uruguayos, chilenos, entre tantos.

De allí nació la ensalada imposible:

 

ENTRE EL CHAUVINISMO Y EL COMPLEJO DE INFERIORIDAD

 

Hace como un siglo, cuando hice la escuela primaria se decía y lo creíamos en una serie de absurdos que en su momento parecían ciertos.

No sabría decir si esta aseveración venía desde los profesores o era parte del runrún de los pasillos o de los patios de la escuela, una especie de “mito urbano” creer que el himno nacional del Ecuador era el más bonito del mundo después de la Marsellesa.

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Y es que sin percatarnos se había tallado en nuestras mentes una mezcla imposible, un oxímoron: entre chauvinistas y acomplejados.

SI el chauvinismo es exaltación desmesurada de lo nacional frente a lo extranjero y el complejo de inferioridad que los mexicanos lo definen como "el malinchismo” concepto nace de la mujer indígena, “la Malinche” en los tiempos de la llegada de los castellanos a Tenochtitlan la capital del Imperio mexica, es una percepción acomplejada de los mexicanos como un sentido de inferioridad hacia lo extranjero", la tendencia a “preferir lo extranjero o al nacional”.

Actitud de quien muestra apego a lo extranjero con menosprecio de lo propio, así lo dice (No sé si en serio o como sarcasmo) un popular locutor de una radio deportiva de la capital de Ecuador y a veces también lo he visto en algunas instituciones educativas del Ecuador, en la subvaloración de los docentes nacionales frente a los extranjeros o dicho, al contrario, en la sobrevaloración de los extranjeros respecto a los nacionales.

Hasta en el fútbol me parece que se ha impuesto la tendencia a "preferir lo extranjero que a lo nacional”, en el campeonato nacional de fútbol de primera categoría, cuando cada equipo de fútbol (de 11 jugadores) tiene ocho extranjeros.

Y con una buena dosis de “campanilismo” (El apego exagerado y estrecho de miras a la propia ciudad o país) creemos que nuestro himno es superior a los otros, pero eso sí, menos a la Marsellesa, por la composición, la letra, el patriotismo, la historicidad y el fervor patriótico que despierta en la opinión popular.

La mayoría de los ecuatorianos crecimos escuchando que el Himno Nacional del Ecuador es el más bonito del mundo, sólo después de La Marsellesa.

La mayoría de mexicanos también crecieron escuchando que el Himno Nacional Mexicano es el más bonito del mundo, sólo después de La Marsellesa

Los colombianos también han escuchado alguna vez en su vida que el himno de su país, el “Oh, gloria inmarcesible”, es el segundo más bonito del mundo, solo superado por el himno de los franceses, la Marsellesa

También para los peruanos "El Himno Nacional del Perú es el segundo mejor del mundo luego de la Marsellesa de Francia.

También para los uruguayos "El Himno Nacional del Uruguay es el segundo mejor del mundo luego de la Marsellesa de Francia.

Por supuesto que el himno nacional de Chile es segundo más hermoso del mundo después de la Marsellesa de Francia.

Curiosa manera de pensar:

Somos buenos, somos los mejores, pero eso sí: menos que la Marsellesa.

Ya nada, somos chauvinistas, pero con una buena dosis de complejo de inferioridad.

 

Jorge Mora Varela.

 

Imágenes tomadas de: milenio.com y enciclopediadelecuador