8 DE MARZO: POR FAVOR NO ME FELICITES

8 DE MARZO: POR FAVOR NO ME FELICITES.

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Daniela Mora Santacruz

Antes de que las felicitaciones empiecen, las flores lleguen, se proclamen discursos y la canción de Arjona suene en todas las radios, debo manifestarme. El 8 de marzo no es el día en que se celebra lo bello de ser mujer, tampoco lo amorosa, bondadosa, trabajadora o luchadora. El 8 de marzo es una fecha que busca un cuestionamiento profundo, que debería invitar a la reflexión sobre los roles que desempeñamos, los espacios que ocupamos y el manejo de la cotidianidad.

Las mujeres no nos merecemos una felicitación por el hecho de ser mujeres, primero somos personas. 

Ser mujer no debería ser un factor para enaltecernos y ponernos en un altar, así como tampoco para ser humilladas., invisibilizadas, asesinadas, violadas o agredidas de cualquier forma.

Somos seres humanos; y a pesar de que puedan creer que señalo lo obvio las cifras descubren otra realidad, como que a pesar de que somos el 51% de la población, solo poseemos el 1% de la riqueza mundial; que a pesar de ocupar el 47% de los puestos de trabajo, las mujeres ganamos solamente entre el 60% y el 75% del salario de los hombres; que una de cada 3 mujeres en el mundo sufre algún tipo de violencia; que estadísticamente cada 9 minutos muere una mujer a causa de un aborto inseguro; que las mujeres tenemos una responsabilidad desproporcionada con respecto al trabajo no remunerado de cuidados que prestan a otras personas,  dedicamos entre 1 y 3 horas más que los hombres a las labores domésticas; entre 2 y 10 veces más de tiempo diario a la prestación de cuidados (a los hijos e hijas, personas mayores y enfermas), y entre 1 y 4 horas diarias menos a actividades de mercado (Cifras ONU MUJERES).

No obstante lo expuesto, habrá quien me diga que esas cifras están fuera de su realidad y su cotidianeidad, habrá quienes cuestionen el machismo como un problema real, pero es necesario que por un momento, metafóricamente hablando, salgamos de nosotros mismos y seamos espectadores de la realidad.

El machismo tiene la capacidad de ser silencioso y sutil con el fin de que lo pasemos por alto a esto le llamamos “micromachismos” y se refiere a comportamientos de control y dominio que se encuentran naturalizados, legitimados y invisibilizados y que se ejecutan impunemente con o sin consciencia de ellos. Por ejemplo: “Qué hay de comer?”; “tu hijo está llorando”; “yo si te ayudo en la casa”; “no salgas sola”; “con esa ropa te expones” ; “las mujeres ahora beben como marineros”; “con ese carácter te vas aquedar soltera”; “una mujer no debería oler a cigarrillo”; “debes aprender a cocinar antes de casarte”; “yo trabajo, tú te quedas en casa”; “los hombres no lloran”; curioso verdad? Son frases que todos hemos escuchado y dicho alguna vez sin intencionalidad, mala voluntad o planificación deliberada; son hábitos de funcionamiento que se realizan de forma automática y sin reflexión alguna, pero que ejercen violencia y buscan perpetuar espacios de comodidad y superioridad de hombres sobre mujeres. 

Hagamos un alto, analicemos nuestro comportamiento. No nos respeten por ser mujeres, madres, esposas, hijas, hermanas, novias, sino por el hecho de ser personas. Reconozcan nuestro derecho a la educación, a la formación antes que al matrimonio y la maternidad, al desarrollo de nuestras habilidades, a la libertad de experimentar y jugar con algo diferente a las muñecas, la cocina y las princesas.

Reconozcamos de una vez por todas que no somos ni debemos ser las “amas de casa” y que tenemos tanto derecho a quedarnos en ese espacio si es nuestra decisión, como a salir a conquistar los espacios públicos si es nuestro deseo hacerlo.

Las flores están bien si no llegan después de una golpiza, las canciones son preciosas si no hablan de sometimiento y violencia sexual, no permitamos que los regalos sean una cortina de humo para evitar hablar de lo doloroso, de la violencia, de los abusos, del acoso, del silencio por miedo perder un puesto de trabajo o al marido. Porque nacimos completas y no debemos dejar que nos convenzan de lo contrario.

Las mujeres este 8 de marzo debemos dejar de lado (ojalá de una vez por todas) las ideas que nos ha vendido el mundo sobre el hecho de haber nacido mujeres, olvidemos que nuestra esfera se limita al maquillaje, la ropa, la talla, los hijos, el pelo, los zapatos, los accesorios, las dietas, los vestidos, el sexo. Las mujeres somos astronautas, científicas, escritoras, matemáticas, periodistas, arquitectas abogadas jefas, presidentas, filósofas, deportistas, ingenieras, heroínas, obreras, inteligentes, hábiles; ni santas, ni putas; que nacimos libres; y por lo tanto no permitiremos que nos quieran reducir a lo que a lo que dice la portada de una revista de moda.

Por un mundo igualitario. Salud!