EL ABORTO, VISTO DESDE UNA PERSPECTIVA NECESARIA

Como sociedad no podemos criminalizar a las mujeres

 

EL ABORTO, VISTO DESDE UNA PERSPECTIVA NECESARIA

Daniela Mora Santacruz.

daniela mora

Podría ser una consulta cualquiera, pero no es así, te llevan a un cuarto clandestino, escondido, miras a tu alrededor, se parece más a una celda, como las que se ven en las películas de terror, te pide que te quites la ropa y te recuestes, no recordarás nada, dice; y el procedimiento no tomará mucho tiempo.

El corazón late a mil por hora, has pagado por adelantado como es la costumbre en estos casos, te inyectan la anestesia “al ojo”, nadie ha tomado tus signos vitales previamente, poco a poco vas perdiendo el conocimiento, nadie puede asegurar que volverás a despertar.

 

LOS DATOS

Según datos de la Organización Mundial de la Salud, cada año, alrededor de 16 millones de mujeres entre 15 y 19 años y 1 millón de niñas menores de 15 años da a luz en países de ingresos medios y bajos.

 

Las complicaciones durante el embarazo y el parto son la segunda causa de muerte entre las mujeres de 15 a 19 años en todo el mundo.

Cada año 3 millones de chicas entre 15 y 19 años se someten abortos peligrosos.

Los bebes de madres adolescentes tienen un riesgo superior de morir que los nacidos de mujeres de 20 a 24 años.

El embarazo en la adolescencia sigue siendo uno de los principales factores que contribuyen a la mortalidad materna e infantil y al círculo de enfermedad y pobreza.

Entre el 2010 y el 2014 en promedio se produjeron anualmente 56 millones de abortos (seguros y peligrosos) provocados en todo el mundo.

Se produjeron 35 abortos provocados por cada 1000 mujeres de entre 15 y 44 años.

El 25 por ciento del total de embarazos acabó en aborto provocado.

La tasa de abortos fue superior en las regiones de desarrollo que en las desarrolladas.

Se calcula que cada año se realizan unos 22 millones de abortos peligrosos en todo el mundo

Cada año, unos 5 millones de mujeres ingresan en hospitales como consecuencia de un aborto peligroso y más de 3 millones de mujeres que han sufrido complicaciones a raíz de un aborto peligroso no reciben atención médica.

Casi todas las defunciones y discapacidades derivadas del aborto se podrían prevenir mediante la educación sexual, el uso de métodos anticonceptivos eficaces, el acceso a servicios de aborto seguro provocado, y la atención oportuna de las complicaciones.

Se estima que anualmente se realizan 22 millones de abortos peligrosos, de los cuales 47.000 provocan la muerte de la mujer y más de 5 millones conllevan complicaciones como abortos incompletos, hemorragias, infecciones, perforaciones uterinas, daños en el tracto genital y órganos internos.

CIFRAS DEL ABORTO EN EL ECUADOR

Según datos de la Fiscalía General del Estado, 961 niñas menores de catorce años reportaron haber sido violadas en 2014, la mayoría dentro de su núcleo familiar. Solo el 2% de las violaciones ocurren fuera de los hogares y son perpetradas por desconocidos.

Según datos del Instituto Ecuatoriano de Estadísticas y Censos, entre el 2004 y el 2014, 431.614 mujeres tuvieron algún tipo de aborto (espontáneo, médico justificado, otros), siendo el año 2013 el año que presentó la tasa más alta de abortos en el Ecuador. En el 2014, esta cifra disminuye coincidiendo con la aprobación del Código Integral Penal, lo que hace suponer que el número de abortos clandestinos (que no constan en las estadísticas) creció.

Históricamente en el Ecuador, el aborto siempre ha estado penalizado, hoy en día se encuentra tipificado a partir del artículo 147 al 150 del Código Integral Penal, en los siguientes términos:

Artículo 147.- Aborto con muerte.- Cuando los medios empleados con el fin de hacer abortar a una mujer causen la muerte de esta, la persona que los haya aplicado o indicado con dicho fin, será sancionada con pena privativa de libertad de siete a diez años, si la mujer ha consentido en el aborto; y, con pena privativa de libertad de trece a dieciséis años, si ella no lo ha consentido.

Artículo 148.- Aborto no consentido.- La persona que haga abortar a una mujer que no ha consentido en ello, será sancionada con pena privativa de libertad de cinco a siete años. Si los medios empleados no han tenido efecto, se sancionará como tentativa.

Artículo 149.- Aborto consentido.- La persona que haga abortar a una mujer que ha consentido en ello, será sancionada con pena privativa de libertad de uno a tres años. La mujer que cause su aborto o permita que otro se lo cause, será sancionada con pena privativa de libertad de seis meses a dos años.

 

Artículo 150.- Aborto no punible.- El aborto practicado por un médico u otro profesional de la salud capacitado, que cuente con el consentimiento de la mujer o de su cónyuge, pareja, familiares íntimos o su representante legal, cuando ella no se encuentre en posibilidad de prestarlo, no será punible en los siguientes casos: 1. Si se ha practicado para evitar un peligro para la vida o salud de la mujer embarazada y si este peligro no puede ser evitado por otros medios. 2. Si el embarazo es consecuencia de una violación en una mujer que padezca de discapacidad mental.

Todo esto a pesar de que el  sexto Informe periódico del Ecuador respecto a la situación de los derechos humanos que elaboró el Comité de Derechos Civiles y Políticos de la ONU observa con preocupación que el Código Orgánico Integral Penal (COIP) criminalice la interrupción voluntaria del embarazo, salvo peligro de la vida o salud de la mujer o violación a una mujer con discapacidad mental, lo que inevitablemente desencadena en que muchas mujeres embarazadas busquen servicios de aborto clandestinos poniendo en riesgo su vida, salud e integridad, por lo que se pide al Ecuador revisar el COIP introducir más excepciones a la interrupción voluntaria del embarazo, como consecuencia de una violación o incesto aun cuando no exista discapacidad mental en la madre o en caso de discapacidad del feto.

Para el 2014, cuatro relatorías del Consejo de Derechos Humanos de la ONU mostraron preocupación porque el código penal no amplía los casos de despenalización del aborto.

En el 2015, el Comité de las Naciones Unidas sobre la Eliminación de la Discriminación contra las Mujeres (Cedaw) volvió a recomendar al Estado la despenalización del aborto en casos de violación, incesto y serias malformaciones del feto.

Sin embargo, pese a estos llamados de atención internacionales, la Asamblea Nacional cerró el debate sobre la despenalización del aborto por violación luego de que el movimiento Alianza PAIS (AP) sancionara a tres de sus asambleístas, Soledad Buendía, Gina Godoy y Paola Pabón, por proponer el tema en el pleno sin debatirlo primero en el bloque, fue el Presidente de la República quien se opuso a la propuesta.

Así se configura una pesadilla para las mujeres en el Ecuador, especialmente para las niñas y adolescentes, donde el grado de satanización a los derechos sexuales y reproductivos hace que cada día incrementen las cifras de abortos clandestinos en el Ecuador y muertes prevenibles de miles de mujeres.

Esto sumado a una política de estado curuchupa respecto a educación sexual de jóvenes y adolescentes que busca la imposición de valores conservadores y roles tradicionales basados en creencias personales que ignoran la realidad de la población ecuatoriana, donde la información, orientación y acceso a métodos anticonceptivos se ve limitado para los niños y adolescentes, lo que los convierte en el grupo más vulnerable.

Las mujeres, las niñas y las adolescentes seguimos muriendo cada día, seguimos siendo víctimas de violencia, malos tratos y abusos, las condiciones en las que nos desarrollamos aún no son las mejores. Ser mujer sigue considerándose un factor de riesgo, nos siguen echando la culpa si nos matan o nos violan, aún nos miran como objetos y nos obligan a dar a luz al fruto de la violación. Ya basta!

Es indispensable mencionar que la legalización del aborto no hará que todas las mujeres corramos a una clínica a practicarnos uno, pues a diferencia de lo que se afirma, las mujeres no soñamos con abortar, lo que realmente lograremos es una disminución sustancial de muertes de mujeres, niñas y adolescentes que actualmente lo realizan en situación de riesgo.

Finalmente debo mencionar que se hace indispensable una política integral, donde el Estado no ignore la realidad de los niños, niñas y adolescentes;  que brinde información completa, veraz, oportuna y acorde a la edad del grupo que la recibe, que enfatice en la dignidad del ser humano y el rechazo a la violencia sexual, que permita identificar y rechazar la dependencia sexo-afectiva que generalmente conlleva al forzamiento de relaciones sexuales, abstinencia y postergación del inicio de las relaciones sexuales y que no avergüence a quienes buscan información, así como disponibilidad de métodos anticonceptivos, servicios de aborto legal, seguros, accesibles, económicos y de buena calidad y acompañamiento posterior.

El aborto es más que un tema de discusión, es una realidad y nos debe interesar a todos; mira a tu alrededor, cualquiera de las mujeres que conoces podría haber pasado por una situación similar.

Ayudemos a cambiar la realidad de miles de mujeres en el Ecuador, no las criminalicemos.