El Negro y El Diablo

 El Negro y El Diablo.

Un negro se encontraba en su huerta y tenía que regar una plantación de camotes, pero co­mo no le gustaba trabajar decía: "por ete guacho voy, por ete vengo, ne­grito échate a dormí " y así pasaba el día entero sin hacer nada.

De pronto apareció en ese lugar, un hombre desconocido y raro a la vez, que le preguntó al negro: ¿qué es lo que estás haciendo? Él contestó, voy a regar el sembrío de camote.

El diablo dijo -está bien-

El negro intrigado por la apariencia del desconocido preguntó: ¿Por qué teñí lo ojo colorao?

El diablo respondía: -Porque pasé mala noche.

¿Por qué teñí la patetela? -Porque tengo que nadar.

¿Por qué teñí la uña tan larga? -Para cogerte.

Y comenzó a corretear al negro por todo el camino que llevaba al pueblo, este gritaba desesperado: "Santo San Sebastián de la gracia, defiende al po­bre negrito que se lo carga el diablito" así siguió hasta que llegó al pueblo y se entró a la iglesia aprovechando que te­nía la puerta abierta.

El diablo le dijo: Da gracias que has podido entrar a la iglesia, porque si yo te alcanzaba, ahorita estabas en la quinta paila del infierno por que eres muy flojo para trabajar.

Colorín, colorado, este cuento se ha acabado.

 

 

Tomado del Libro “MEMORIAS DE MIRA”
Autor: Rosa Cecilia Ramírez Muñoz