LOS CORTES DE LUZ ME ENFRENTAN AL TIPO QUE MÁS ME METE MIEDO
Cuando yo nací a medidos del siglo XX, había radio en AM, claro no había televisión, peor aún la hiper comunicación, ni los dispositivos móviles, soy del tiempo de la radio AM, del telégrafo, del periódico del lápiz y el esfero y de la máquina de escribir.
Sin embargo, había energía eléctrica, al menos no recuerdo cortes tan largos o uso frecuente de velas, es decir nací acompañado con el sonido y la música de las radios la Rumichaca, la Ondas Carchenses, la Todelar, la Cultural Bolívar y las Lajas.
Enseguida de los canales colombianos, en blanco y negro, luego la televisión a color de los canales ecuatorianos.
Con el tiempo llegó el internet y con él la hiper comunicación, que nos conectó 24-7 de forma permanente, de manera que los cortes de energía eléctrica de 14 horas, me ha dejado incomunicado, en silencio y en shock.
El celular muerto, la casa en silencio, el barrio en penumbra, la calle taciturna, con sus negocios en la semisombra y los restaurantes llenos de humo, mientras tratan de atender a verdaderos ríos de personas que salen a buscar una alternativa de alimentación.
Ya nada, el gobierno ha decretado 14 horas de interrupción del fluido eléctrico, hasta que me encontré de frente con alguien que no había encontrado en años y que me mete miedo.
Me encontré a mi mismo, con la mirada perdida en el horizonte, mientras mi dispositivo móvil, el computador, la televisión permanecen en silencio y me parecía que me ignoraban y se alegraban de estar mutis.
Allí empezó mi pesadilla: Me escucho a mí mismo y no estoy acostumbrado a ello.
Entonces me enfrento a algunos de mis pensamientos, unos cuantos se vuelven obsesivos, otros apremiantes, otros placenteros, otros cuantos picarescos, otros que preferiría olvidar, otros que me incomodan, algunos que me duelen, otros inconclusos, otros demasiado recurrentes, algunos vergonzantes, otros cuantos pendientes.
No se si mientras duren los apagones largos, llegue a pacificar mis pensamientos y pueda vivir en armonía con ellos o ellos me llevarán a perder la cordura. Es que son demasiados años, toda la vida acompañado con la turbulencia del mundo en forma de sonido e imágenes que han puesto en segundo plano mis propios pensamientos.
Ahora que los apagones me llevan a enfrentarme a mi mismo, tengo la incertidumbre sobre quien vencerá, esa vorágine que llevo dentro o la capacidad de verme a mi mismo y solazarme con la vida pasada y que la falta de la energía eléctrica lo ha puesto en primer plano.
No es fácil, esta lucha impensada, inesperada y sorprendente, la realidad de encontrarme y escucharme a mi mismo, cuando el mundo hiper conectado se ha puesto en silencio por los apagones, la falta de lluvia o la incapacidad de generar otras fuentes de energía que no dependan de la lluvia que cae del cielo.
En fin...
Jorge Mora Varela