Toponimia de la Provincia del Carchi

Toponimia de la Provincia del Carchi

¿Sabía usted que muchos lugares de nuestra provincia cambiaron su primitivo nombre durante el transcurso de la Historia?.

Los motivos son muchos de acuerdo al gusto o disgusto de autoridades de turno, de los “caciques” de los pueblos, pensando en rendir homenaje a algún personaje, muchas veces bien escogido el nombre otras no, o en encontrar un patrono para sus fiestas, o tal vez ¿por vergüenza de llevar un nombre aborigen?, perdiendo así la identidad ese sello que nos define y nos distingue de otros pueblos, que nos da un rostro propio como pueblo con pasado, con presente y con futuro; al consultar nuestra Historia encontramos una toponimia diferente a la actual, lo que muchas veces ha confundido la ubicación geográfica precisa, para muestra aquí están algunos ejemplos: 

ANTES AHORA
Coangue:  Chota
Quil,  San Ignacio de Quil: Juan Montalvo
Río Blanco:  Jacinto Jijón y Caamaño
Chalguar:  García Moreno
Mumiar,  San Pedro de Piquer: Los Andes
Puntal:  Bolívar
El Aliso:  La Libertad
Caico:  Cristóbal Colón
Tusa:  San Gabriel
Cuasmal:  Fernández Salvador
Pialalquer:  La Paz
Tulcanquer  Tulcán
Morro, Taya:  Urbina
El Pún:  El Carmelo
Pú, Chuquín,  Orejuela: Julio Andrade
Bocana de Canumbí:  Tobar Donoso
Montañuela:  Tufiño
Cuatís:  Santa Martha de Cuba
Guacán:  Huaca
Colonia Huaqueña:  Mariscal Sucre
Almuchín: San Francisco de Villacís

 

Pero también, muchos de los pueblos de nuestra provincia han mantenido sus nombres propios especialmente de origen pasto, desafiando el paso del tiempo y de las circunstancias, la toponimia aborigen todavía es abundante:

Alor, Atalquer, Apaquí, Carchi, Carlisamá, Cuesaca, Cúnquer, Chulte, Churte, Chabayán, Chical, Chilinquer, Chiltazón, Chitán, Gualchán, Guananguichu, Guanga, Huaquer, Ingüeza, Itazán, Narchín, Paluz, Payamá, Pioter, Piartal, Pisán, Pisquer, Piquer, Puchués, Puermal, Pistud, Pusir, Tulquizán, Tumbatú, Uyamá, Untal, ¿los conoce?, ¿los reconoce? aún siguen vigentes en nuestra hermosa geografía carchense.

 

Por: Rosa Cecilia Ramírez Muñoz