DESLEGITIMAR A LOS HÉROES DEL PASADO PARA CONTROLAR EL FUTURO

DESLEGITIMAR A LOS HÉROES DEL PASADO PARA CONTROLAR EL FUTURO.


Este fenómeno obedece al anacronismo que se define al error (voluntario o involuntario) que resulta de juzgar a una persona o conglomerado en un período de tiempo que no se corresponde con el que le es propio.

En la contemporaneidad se ha dado por deslegitimar, desvalorizar, minimizar y condenar a los héroes del pasado que gozaron durante mucho tiempo del endiosamiento irrefutable de la historia.

Entonces resulta una tarea fácil destruir monumentos, estatuas, reescribir las biografías y satanizar a los intocables, a los Simón Bolívar, al Che Guevara, a Pablo de Tarso, a Cristóbal Colón, al Fray Junípero Serra, a Isabel La Católica, a Hernán Cortez o a cualquiera que resulte incómodo o inconveniente en la tarea de construir las verdades que le convenga al poderoso de turno.

Parecería que esta ola llega con los constructores de las neo-verdades, a los iluminados del conocimiento que nacen en las universidades norteamericanas y que tienen gran propaganda, los López Obrador, el Papa Francisco, el mismo Joe Biden, entre tantos, a los cuales les resulta cómodo y fácil elaborar discursos populares, infantiles, de fácil digestión, para aparecer como las nuevas luminarias de la razón, en las masas acríticas que pululan por las redes sociales.

Estos personajes que tomaron para sí lo que proponía George Orwell en su novela de ficción distópica 1984:

El que controla el pasado controla el futuro, y el que controla el presente controla el pasado.

Así ha sido desde los albores de la historia, los católicos debían satanizar a los judíos, los libertarios de América, debían satanizar a España, los norteamericanos debían satanizar a los nazistas, a los comunistas, a los árabes o a los musulmanes, cada uno en su tiempo y de acuerdo con su conveniencia.

Por esta razón creo que se debe navegar por la historia para reinterpretarla en su contexto histórico, en su momento cultural, sin caer en la tentación del anacronismo que genera la tentación de acomodar los hechos históricos de acuerdo con los apetitos de poder del tirano de turno, porque le resulta conveniente:

Reinventar el pasado, para controlar el futuro.

Y esta prerrogativa solo puede hacerla quien controla el presente, o ¿cómo podemos entender el empeño recurrente de los gobernantes de turno cuando porfían con la cantaleta de recordarles a sus acólitos: lo malo que fueron los españoles, los judíos, los nazis, los comunistas, los cerdos capitalistas, el gobierno anterior, o cualquier fantasma que les asegure permanecer en el poder hasta el infinito.

 

Jorge Mora Varela

 

Imagen: George Orwell