UN NUEVO ORDEN MUNDIAL

UN NUEVO ORDEN MUNDIAL

¿es posible?

El mundo resultante al final de la segunda guerra mundial que dio lugar a la declaración de los derechos humanos y la vigencia hegemónica de los Estados Unidos de Norte América luego de la caída del muro de Berlín y la disolución de la URSS, ha llegado a sus límites más extremos y en el año 2022 con las tensiones geopolíticas provocadas por una multiplicidad de actores desde una diversidad de puntos sensibles del planeta dice que el modelo vigente NO va más.

Parecería ser que, occidente NO ha querido ver o dimensionar la presión de los otros actores políticos, económicos, financieros, culturales, que desde hace años van tomando un rol protagónico en el mundo y que exigen “Un nuevo orden mundial”.

A raíz del conflicto del Cáucaso entre Rusia y Ucrania, los medios de comunicación han puesto en primer plano a los otros actores como los rusos con su modelo autoritario, expansionista, conservador, oligárquico, apegado a la religión ortodoxa, con pueblos divididos por un lado y por lo general los adultos de más de 50 años que añoran y buscan volver a la protección del modelo soviético y por otro lado los jóvenes con la mirada hacia el occidente capitalista liberal.

Los chinos y su modelo confuciano dónde el principio de autoridad es importante, así como el respeto a los ancianos, la aceptación cultural del autoritarismo, la aplicación de la meritocracia y la preponderancia de los intereses grupales por encima de los individuales.

La presión de los musulmanes y su obediencia ciega al Corán, dónde la igualdad de género no tiene sentido porque NO está en su libro sagrado, y dónde su religión no puede estar solo en la esfera privada sino y sobre todo en la esfera pública, entonces se manejan con gobiernos teocráticos, duros, fanatizados, por ello inflexibles y en ocasiones crueles a la vista de occidente.

Europa desde el siglo IV y América desde el siglo XVI, con una historia escrita y vigente desde esos tiempos hasta el siglo XXI arrastra la influencia potente del catolicismo riguroso e inflexible y su mirada obligatoria y obediente hacia hacia dios. Por ejemplo: en el Ecuador es público y notorio la influencia del dios católico en su presidente, en una parte mayoritaria de su población y con ello influyen de forma decidida en el manejo de las políticas sociales del país, véase la fuerza y el poder de grupos como los “PROVIDA”.

No es posible ignorar que, desde la revolución francesa, Europa, los USA y con ellos el resto de América han impuesto sus valores como democracia liberal, influenciados por modelos de pensamiento del renacimiento que puso al ser humano en el centro de la creación o a Descartes que puso la discusión entre el ser humano, dios y la naturaleza o la misma ilustración que puso “la duda” en el centro del debate racional.

Y la fuerza de la “posmodernidad” que nace con la “contracultura” del 68 del siglo XX y, su empuje para la defensa de los “ismos”, el feminismo, el ecologismo, el animalismo, la luchas contra la xenofobia, la homofobia, el empuje por implementar las ideologías de género.

El planeta con tantos actores, NO nuevos, pero vigentes y palpitantes, exigen repensar el mundo y su posibilidad de gobernanza, que pide “pensar y pactar nuevas formas de funcionamiento”,  negociar nuevas reglas otras normas de convivencia universal.

Sin embargo, cada uno de los actores hacen gala de intolerancia dogmática e irrenunciable para cada uno de ellos, permite anticipar que viviremos tiempos de incertidumbre, de tensiones, de incomodidad.

Sobre todo, de una nueva carrera armamentista, revalorización de los ejércitos y colocar el término de guerra en el imaginario de todos, hasta que podamos entender la heterogeneidad y la divergencia en los modos y maneras de los actores, hasta poder crear “un nuevo orden mundial” incluyente, tolerante e inclusivo; a lo mejor esto solo sea una utopía y el destino del mundo sea las guerras, las pujas de poder y el conflicto permanente como las únicas herramientas de supervivencia de la especie y que esto permita una precaria convivencia humana.

 

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Jorge Mora Varela

 

Imágenes: Mundo, Nuevo Orden