AL CARAJO LA FACTURACIÓN

AL CARAJO LA FACTURACIÓN

Fuimos a comer a un restaurante y de forma circunstancial nos sentamos junto a la caja dónde entre la clientela y la dueña-cajera del local parecen haber acordado un pacto implícito entre el oferente y los clientes, el restaurante no factura y los usuarios no pagan el IVA. Cómo ya no se necesita…

Con un límite de $5.037,55 como tope máximo en la proyección de gastos (en los que se necesita facturas) para declaración del impuesto a la renta y que genera el correspondiente incremento impositivo, los ecuatorianos fieles a su emblemática viveza criolla pusieron en juego su ingenio y encontraron la solución práctica que ajusta y compensa el incremento del impuesto a la renta.

Cuando el contribuyente alcanza el límite de dinero en facturas que necesita, entonces: El dependiente no factura y el cliente no paga el IVA y con esto compensa el incremento en el Impuesto a la Renta. Listo.

Frente a esta reacción de la población al incremento de la renta y la ocurrencia popular, quiero ver cómo reacciona el gobierno, si es que se da cuenta, ¿cómo lo justificará?, ¿cómo lo explicará?, o ¿cómo dirá que lo va a controlar?.

Podría apostar a que escucharemos una serie de justificaciones, que rayarán en la demagogia o en la ingenuidad. En el Ecuador, una gran proporción de ciudadanos habrán encontrado un atajo para proteger su economía y el gobierno asegurará que mantiene una altísima popularidad.

Solo son cosas propias de mi país, dónde vuelve la informalidad y la crisis se la carga a la clase media que labora en relación de dependencia, la que recibirá su rol disminuido y al límite de sus posibilidades, todo eso para equilibrar la economía, superar la crisis y alcanzar la felicidad.

En fin…

 

Jorge Mora Varela

 

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