Quier, dos, tres, cuatro,
quier, quier,… quier, dos, tres, cuatro.
Uniformados,
formados en orden de estatura,
en filas,
ordenados,
en pelotones,
todos iguales.
Quier, dos, tres, cuatro,
quier, quier,… quier, dos, tres, cuatro.
EL SISTEMA EDUCATIVO ECUATORIANO O LA FÁBRICA PARA EDUCAR EN SERIE
Las ideas con las cuales se pensó el sistema educativo ecuatoriano al inicio de la Revolución Ciudadana, fueron maravillosas, novedosas y de avanzada, desde el punto de vista social, cultural y político, por ello deseables.
La Constitución establece que la educación es un derecho de las personas, que garantía de la igualdad e inclusión social, donde las familias y la sociedad tienen el derecho y la responsabilidad de participar en el proceso educativo.
El sistema educativo se diseña como una serie de procesos participativos, obligatorios, interculturales, democráticos, incluyentes y diversos, de calidad y calidez; con equidad de género, solidaria, crítica, con visión científica y humanista; comprometida con la innovación, promoción, desarrollo y difusión de los saberes y las culturas; que busca la iniciativa individual y comunitaria y no estará al servicio de intereses individuales y corporativos.
Dispone que se rijan por los principios de autonomía responsable, cogobierno, igualdad de oportunidades, pertinencia, autodeterminación.
¡Genial!
Pero la cosa se complica cuando dispone que el sistema educativo se regirá por un organismo público de planificación, regulación y coordinación del sistema y su relación con la Función Ejecutiva; y por un organismo público técnico de acreditación y aseguramiento de la calidad de instituciones, carreras y programas.
L
Somos ecuatorianos….
Y eso hace que las buenas intenciones iniciales para la educación se hayan convertido en una serie de prácticas burocráticas que han tergiversado el hecho educativo de manera que hemos desarrollado un sistema donde por ejemplo:
El alumno es el cliente…. Y por lo tanto los docentes debemos hacerlos felices y darles la razón. Y los estudiantes tienen todo el poder, porque son el principio y el fin del hecho educativo, al fin y al cabo ellos saben que con esas reglas de juego, lo importante no es aprender, sino aprobar.
Debemos obedecer… Las instituciones educativas con sus administradores y su cuerpo docente debemos obedecer de manera ciega e innegociable al organismo público de planificación, regulación y de acreditación, porque así lo manda la fábrica de educar individuos en serie que se ha montado en el Ecuador y que produce estudiantes iguales, que saben lo mismo, que rinden las pruebas para entrar a las universidades y que cuando se graduan van a la desocupación.
Los docentes debemos tener evidencias…. Por lo tanto quienes hacemos la docencia debemos emplear una parte de nuestro tiempo a generar las pruebas que certifiquen nuestro trabajo, que seguimos al pie de la letra los programas comunes y con tres firmas de aprobados, que hacemos tutorías, vinculación, asesorías, dirección de investigaciones, lecturas y todo en tiempo record, medido en minutos y segundos, como la mejor fabrica en serie del capitalismo "fordista" en forma de informes, bases de datos, portafolio, hojas de seguimiento, hora, tiempo dedicado, firmas, carpetas, archivos, etc, etc.
Y como lo dicta el modelo productivista, debemos ser eficaces, eficientes, creativos, investigadores, escritores, debemos publicar, estudiar y alcanzar maestrías, doctorados y PHD, para poder ascender en el escalafón docente.
En fin, la “Revolución Educativa Ecuatoriana”, requiere una revisión seria, profesional y sensata, para darle un poco de cordura al sistema educativo, de cara al futuro inmediato o caso contrario tendremos una sociedad experta en tener títulos sin aprender, con docentes llenos de títulos vacíos y ahogados en un mar de papeles que evidencien que el sistema educativo ecuatoriano NO SIRVE PARA NADA.
Jorge Mora Varela