COLORIDO Y CARDO

Colorido y Cardo

 

Autor: Mateo Jiménez
U. E. F. Hermano Miguel “La Salle”
Curso: 8vo Paralelo: “C"

Me llamo Cardo, mis amigos me llaman PEZ PARDO, creo que es porque rima con mi nombre, tengo cinco años; vivo en la ciudad, bueno ahora todo es cuidad. Cuando tenía tres años sí había árboles, pasto; pasto en los parques, bosques… Ahora, desde la terraza de mi casa sólo veo una nube gris que cubre a la cuidad y no es una tormenta, es el humo de las fábricas.

Hace tres años nos mudamos a Penci y a mi alrededor había muchos árboles de muchos colores que daban frutas y las aves se alimentaban de sus flores, mi favorito era el colibrí.

Bueno, ehhh… ya estoy acostumbrado al aire contaminado, pero quiero volver a respirar ese oxígeno puro; tengo un amigo, se llama Colorido, es muy divertido, es mi mejor amigo, pero ahora está un poco enfermo; es que el aire contaminado no le hace bien y no puede pasear la ciudad como lo hacía antes, aunque, hace mucho tiempo que no lo veo.

Tengo un sueño y es hacer un plan para poner árboles, pasto en la ciudad y poder respirar aire puro otra vez, para que Colorido, yo, mi familia y el mundo estemos sanos. ¿Saben qué? lo voy a hacer y cuando esté listo lo presentaré al presidente para que me ayude. Espero que Colorido regrese para contárselo y que me ayude; él me dirá que hace falta, como él puede volar, jajaja no les conté, pero… Colorido es un colibrí, me olvide de decírselos ¿cierto? perdón.

Bajé a la sala donde estaban mis padres y les conté de mi plan:

- Papá, mamita Yoli tengo algo que decirles – hable con entusiasmo y alegría.
- ¿Qué pasó? – respondió papá.
- - ¿Estás bien hijo? – dijo mamá.
- Tengo un plan para restaurar el medio ambiente – Bueno, les expliqué a detallé todo mi proyecto.
- Excelente – papá respondió de una forma de… hazlo, pero, es muy poco probable que te ayuden.

- Hazlo hijo, hazlo – dijo mamita Yoli. Ella sabe que yo sí puedo, porque me enseñó a leer y escribir desde los tres años. Mi mamá es como todas las madres que sienten que los hijos pueden hacer todo lo bueno si se proponen.

Subí a mi cuarto todo motivado a continuar con mi trabajo.

Pasaron, no sé, cinco días en ese trabajo o documento, plan de trabajo ¡naaa! como lo quieran llamar.

Como mis padres trabajan todo el día, tengo mucho tiempo libre, después de terminar mis deberes, claro, fui al gobierno, donde se encuentra el presidente; bueno soy muy inteligente, así que sabía que no me iban a dejar entrar porque soy muy pequeño, no tengo representante y mis padres no trabajan aquí, En ese momento pasó una pareja que iba a entrar al edificio y sin que ellos se dieran cuenta me hice pasar por su hijo, al entrar fui al último piso donde está el presidente, sin que nadie me viera.

Al llegar, había guardias en la puerta, pero cuando vas a hacer el bien parece que el mundo se pone de acuerdo contigo; justo en ese momento fue el cambio de guardias; entonces, aproveché para entrar.

No fue buena la reacción del presidente al ver que un pequeño en su oficina, cuando iba a llamar a seguridad, comencé a hablar:

- Buenas tardes, señor presidente – hablé tomando mucho aire y con nervios. No sé, pero mi voz es tan tierna que puede mover el corazón de las personas.
- Hola pequeño, ¿estás perdido? – preguntó
- No, estoy en el lugar correcto, eh… quiero mostrarle algo.
- ¿Qué me quieres mostrar? – exclamó como si se quisiera burlar de mí.
- Mire, tengo un proyecto – me acerqué a su mesa y abrí la hoja de trabajo. – quiero ayudar al medio ambiente, poniendo árboles en las aceras, pasto en los parques…
- Jajaja, niñito no te juzgo, pero… sabes que eso me costaría mucho dinero, y, es más ¿en qué nos ayudaría eso?
- En darnos aire puro – respondí con mucha tristeza – es para que mi amiguito Colorido se ponga bien, también para que nadie más se enferme.
- Mira, solo si trajeras una planta que… no sé, que huela bien o no sé qué cosa te ayudaría – exclamó de forma sarcástica.

La verdad me lo tomé a pecho lo último que me dijo, bajé la cabeza y salí de allí.

Fui caminando por toda la cuidad, pasé por el puente Santas Bendiciones, cuando escuché un ruido algo extraño, rápidamente fui a investigar. Al llegar al Muelle donde se originaba el ruido, vi que era Colorido y estaba llorando en una jaula, y lo iban a meter en el barco; al parecer eran muchos animales dentro del barco que estaban enjaulados.

Me metí al barco, abrí las jaulas y les expliqué a los animales que al llegar al destino todos tienen que salir corriendo por que los querían vender; lógicamente lo llevé a Colorido conmigo. Me encontré un mapa, donde marcaba una isla que no había sido explorada; entendí que tenía que bajarme en ese momento, vi un bote y seguí la ruta del mapa.

Me di cuenta que el mar ya no era azul, estaba todo sucio, todo contaminado; lo cual, me motivo más en esta misión.

Seis días después…

¡Tengo mucha hambre, sueño! pero por fin llegué a la isla. Al bajarme… encontré árboles, pasto, plantas coloridas y lo mejor, aire puro. Me comí muchas frutas, dormí, y al siguiente día disfruté del olor de todas las flores, todo junto a Colorido que se fue a jugar con las demás aves. Tomé una maceta y cuidadosamente puse una flor para no hacerle daño; en ese momento aparecieron un montón de animales, aves coloridas, panteras, leones, y muchos más, entre ellos habló una mamá osa:

- ¡Pero qué has hecho niño! – estaba muy enojada.
- Tengo que salvar el mundo, y con esta planta lo haré, se los prometo – dije con valentía.
- Los humanos nos han traicionado, dijo mamá osa ¿por qué debemos confiar en ti?
- Se los puedo jurar con el meñique - Hablé con mucha sinceridad.

La verdad no se lo tomaron en serio, pero aceptaron, me contaron el peligro que lleva el mundo y era más grave de lo que me imaginé; me llenaron de provisiones y cuando iba a regresar mamá osa gritó:

- Vamos, a salvar el mundo pequeño, todos creemos en ti.

Pasaron casi dos semanas, pero llegué a Penci, fui corriendo donde el presidente, no importaba el sueño, o si mi familia me estaba buscándome, debía que cumplir mi promesa.

- Señor presidente – grite con mucha fuerza, no me importo seguridad, ni nada. Sólo salvar la naturaleza.
- ¿Qué pasó? – dijo asustado.
- Traje una flor, huélala por favor.

Al momento que olió la flor, le pasó lo mismo que a mí, se olvidó de todo, le dio paz y él se dio cuenta lo que puede pasar si seguimos en esta situación.

- Niño, eh… ¿cómo te llamas?
- Alex Cardo Pasto Cando.
- Tienes razón, vamos a salvar el mundo.

No tardo mucho mi proyecto, en tres días ya estaba listo, junto a los niños, jóvenes, ancianos limpiamos los ríos, lagos y mares; también, le dije sobre rescatar a todos los animales en peligro de extinción, y a otros regresarlos a su habitad, y así ayudar a mis amigos de la isla.

Al día siguiente, al despertar pasó como en las películas; abrí la ventana y respiré el aire, ah… aire puro. Además, cumplí mi promesa y pocos días después se pobló la cuidad de Penci de muchos animales, y Colorido, jaaa. Colorido ya está sano como muchos otros animales y personas, ahora ya lo veo volando otra vez, jaa ¡OTRA VEZ!, ¡OTRA VEZ TENOMOS AIRE PURO, ANIMALES! Somos sanos otra vez, siuuuu.

Tengo 25 años, ahora me llama “Cardo el héroe” “Pez Pardo, el asombroso” tengo un trabajo en Ecología y todo por hacer las cosas bien…

 

FIN.

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