LOS INFIERNOS DEL ARTISTA PLÁSTICO CARCHENSE DAVID ROSERO

El 11 de noviembre del año 2017, en el centro de crecimiento personal DAR Y RECIBIR de la ciudad de Quito, se presentó una fascinante colección de pinturas ambiguas y cambiantes “LA TIERRA ES EL INFIERNO”.

 

LOS INFIERNOS DEL ARTISTA PLÁSTICO CARCHENSE DAVID ROSERO

 

Había que construir un escenario ideal para mirar, admirar, buscar en el inconsciente y compartir con los demás, las reacciones que provocan las obras de la colección de pinturas “LA TIERRA ES EL INFIERNO” de la autoría del artista plástico carchense David Rosero Enríquez.

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Entonces, convocarnos en las horas de la tarde, cuando moría el día de un sábado de noviembre fue perfecto, porque las instalaciones de “DAR y RECIBIR”, ofrecen las características para tal efecto, donde David ofrece de manera generosa, amplia y libre, un grupo de pinturas, para que cada persona que las observe, encuentre lo que quiera o pueda percibir, a veces con temor, fascinación, alegría o perplejidad, porque las imágenes se entrelazan con lo que el subconsciente de cada persona fue construyendo en el imaginario de cada uno acerca de la vida, de la muerte, del cielo o del infierno.

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Entonces se cumple con el principio de la Teoría de la Gestalt que afirma que “el todo es mayor que la suma de las partes” porque en la obra de Rosero, todo lo percibido desde la riqueza de sus cuadros es mayor que información llegada a los sentidos a través de la observación simple.

Los infiernos imaginados por David, superan la idea construida por la religión al respecto desde la edad media, porque integra elementos de la modernidad y la posmodernidad, al vincular elementos tecnológicos y comunicativos que responden a la cultura conflictuante del siglo XXI, como la soledad, la angustia, las enfermedades, la muerte como situaciones que generan preocupación y angustia propias de las realidades del siglo y del contexto.

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Entonces David realiza bocetos como una propuesta de libertad y con una técnica personalizada, porque recoge elementos de sus raíces primigenias en la Provincia del Carchi en el Ecuador de mediados del siglo XX, donde busca con pasión y vehemencia por el lapso de dos años a través de 250 dibujos plasmados en una agenda que portaba con sí de forma permanente capturar las ideas con la que podía prefigurar su idea del infierno.

 

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Quienes acudimos a la exposición quedamos con un sabor de boca agradabilísimo y con una sensación de inquietud por los símbolos que se iban desatando y liberando durante la jornada ilustrativa, respecto a nuestros constructos culturales sobre la muerte y del infierno que se provocaron al mirar las pinturas expuestas. Pero sobre todo un sentimiento de orgullo por la inteligencia, preparación, capacidad creativa, reflexiva y comunicativa de nuestro artista plástico David Rosero.

Y en cuya hoja de vida se pueden apreciar su titulación como Licenciado en Artes de la Universidad Central del Ecuador, su compromiso y gestión como docente, director de arte, diseñador e ilustrador y emprendedor a nivel nacional e internacional.

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Quiero expresar mis felicitaciones a mi amigo David Rosero Enríquez, por una vida dedicada a la creación, difusión, compromiso y responsabilidad social a través de las artes plásticas.

 

Jorge Mora Varela