La recurrencia de la violencia en las cárceles ecuatorianas demuestran que en el Ecuador:
LAS ORGANIZACIONES CRIMINALES LLEGARON PARA QUEDARSE
Existirán, mientras en el mundo haya demanda de drogas y todos los negocios conexos, como el transporte, el blaqueo de dinero, el testaferrismo, la prostitución, la trata en todas sus formas, la búsqueda de control de los mercados de transporte y de consumo de estupefacientes y por ende el narcotráfico, la extorsión, los conflictos armados y por lo tanto el contrabando de armas, el secuestro, los asesinatos por encargo (sicariato).
Porque se enraízan en la cultura, en el momento en que los líderes de estas organizaciones se convierten en referentes de triunfo, de éxito, del deber ser de los niños, su erradicación es imposible. En el Ecuador así lo canta Jojairo Acalla, quien muestra con orgullo el triunfo de quienes integran las bandas delincuenciales, que les da dinero, armas, drogas, mujeres, prestigio, poder.
La mafia italiana con sus vertientes como la Cosa Nostra, La 'Ndrangheta, La Camorra o la Sacra Corona, la Maras Salvatrucha y su presencia en USA, Canadá, México, Guatemala, El Salvador, Honduras, la mafia rusa, los grupos de delincuencia organizada en Colombia o en México con los "carteles" entre tantos y tantos, tienen la capacidad para expandirse como mancha de aceite por todo el mundo, llegaron para quedarse, porque echaron raíces en el imaginario popular y sobre todo en la aspiración de los niños que ven en ellos el sueño del ser adulto, dinero, joyas, armas, pertenencia, poder.
Además, porque alcanzaron la celebridad por su impacto en el cine, en la literatura, en la televisión, la música (los narcocorridos o la salsa con los acrósticos con los nombres de los capos del narcotráfico), medios que encontraron en la vida de estos grupos un inmenso filón de argumentos para vender a precio de oro sus productos comunicativos referidos a la delincuencia organizada y todas sus ramificaciones truculentas, sin responsabilizarse por el tipo de mensaje que emiten ni su impacto en la sociedad sobre todo en la más vulnerable o la que ama el morbo y la violencia.
Es comprensible que los gobernantes o los aspirantes serlo, los medios de comunicación y la misma colectividad ponga en el grito en el cielo y pidan la solución inmediata de este tipo de brotes de violencia organizada, pero mientras no se entienda y se ataque a nivel local, nacional, regional e internacional, las raíces estructurales de una serie de problemas multicausales, solo serán gritos inútiles frente el crecimiento incontenible de este tipo de organizaciones que a su manera se enquistaron en la sociedad y lo hicieron para quedarse.
Mientras NO se entienda ésta realidad está enquistada en la cultura de los ecuatorianos, cualquier medida de carácter policial, militar o de seguridad NO darán resultado. Ahora es un problema estructural y debe ser tratado como tal.
NO ES PROBLEMA DE REQUISAS, NI DE ARMAS, NI DE TECNOLOGÍA, NI DE COMUNICACIONES, EL PROBLEMA ES ESTRUCTURAL.
Jorge Mora Varela.