LOS ECUATORIANOS ENTRE EL SOCIALISMO INGENUO Y EL CAPITALISMO MEZQUINO
La primera vuelta las presidenciales dejó al Ecuador roto en cuatro pedazos y algunas migajas.
Por los resultados de la votación, un tercio de la población cree y apoya al socialismo, una quinta parte que se decanta por el capitalismo y el liberalismo económico, una quinta parte le pertenece al indigenismo, una sexta parte de la clase media urbana que parece identificarse con la social democracia y algunas migajas insignificantes.
La misión en la segunda vuelta es elegir entre el socialismo ortodoxo e ingenuo, que reconoce y añora al “correísmo” de forma fanática y ciega como si fuese una religión, según ellos, perfecta y libre de pecado o el capitalismo liberal, que cree en el libre mercado, la flexibilidad laboral y que no conoce ni entiende el concepto de solidaridad sino en las oportunidades, el éxito para pocos y los demás no le interesan.
Y en el medio el indigenismo que trata de llegar al poder para poner a prueba la “cosmovisión” de los pueblos ancestrales, por otro lado, la clase media, urbana, mestiza, joven que busca respuestas a esta generación que a la luz de los resultados electorales busca algún tipo de identificación y de alguna manera la encuentra con el candidato Hervas, a más de las migajas que sumados en lo cuantitativo y cualitativo, hablan de la diversidad propia del pueblo ecuatoriano.
Tanto el socialismo del siglo XXI (el correísmo), como el capitalismo rampante y arribista, parecen tener puestas unas gafas que sobredimensionan sus aciertos y esconden sus errores.
El socialismo pretende colocar por segunda vez a uno de los suyos a imagen y semejanza de Rafael Correa Delgado, el primero (Lenin Moreno), le falló y se puso el terno de la derecha, sin empacho ni vergüenza y ahora pretende asegurar una figura confiable, infalible y servicial (Andrés Arauz) a la manera de Maduro respecto a Chávez, fiel hasta la estupidez, capaz de sobrevalorar los aciertos de su antecesor, pero incapaz de corregir sus propios errores o limitaciones, apoyado por la corriente “pobrista” del Papa Francisco, para quien los pobres son un “tesoro” a los cuales hay que cuidar para que NUNCA dejen de ser pobres, porque sin ellos (Los pobres), pierden su razón de ser y de existir.
El capitalismo, pretende colocar a uno de sus representantes insignes, un banquero (Guillermo Lasso), para reproducir sus aciertos elitistas y excluyentes, pero así mismo incapaz de entender que sus errores centenarios, que ignoran, que niegan y que llevaron al aparecimiento de las izquierdas más radicales sobre todo en Hispanoamérica, apoyados por la corriente más conservadora de la iglesia, quienes han estado, están y estarán siempre cerca del poder económico, el cual hay que cuidar, porque sin él (el poder económico), pierden su razón de ser y de existir.
Temo que cualquiera de estos segmentos finalista que llegue al poder, NO puedan entender el peligro de sus posturas inflexibles y peligrosas por ser excluyentes y sectarias.
Me gustaría que el Socialismo o el Capitalismo que de hecho cualquiera de ellos va a llegar al poder político sean capaces de evolucionar hacia una propuesta más inclusiva, porque el resultado de las elecciones demostró que el Ecuador se compone de al menos cuatro pedazos y algunas migajas, por lo tanto esperamos un gobierno con sus propias características ideológicas pero con la inteligencia y la capacidad para ser incluyente. Al menos eso es lo que yo espero como ecuatoriano.
Jorge Mora Varela