PUEBLO AL QUE SOLO LE GUSTABA SU PASADO

Esta es la historia del: 

PUEBLO AL QUE SOLO LE GUSTABA SU PASADO

"Había una vez un pueblo que tuvo un pasado maravilloso, sus mitos contaban que vivió tiempos gloriosos, perfectos, maravillosos, pero que se perdieron porque un día llegaron los malos y los conquistaron, los saquearon, los robaron, los violaron y los condenaron a la pobreza perpetua."

Se los podía identificar de manera fácil, ellos tenían tres características que los hacían únicos e irrepetibles: Eran comelones, quejumbrosos y rezanderos.

Eran buenazos para comer en abundancia, sopita, montañas de arroz, papas, menestras y coladas, así lo decían sus vientres generosos, prominentes y vistosos.

Ellos eran fantásticos para quejarse y lamentarse, solo había que darles algo de cuerda y se desatan en visiones catastróficas, apocalípticas y desastrosas del futuro y nunca era culpa de ellos, para eso elegían presidente de la república y legisladores, para echarles la culpa de todos sus fracasos o cuando no, les endilgaban la culpa de sus desdichas a los que triunfaban, a los que podían caminar hacia adelante y los encontraban en su propio país o en el extranjero.

Eran campeones para arrodillarse y rezar, todos los días, a toda hora, a cada momento, ellos buscaban las bendiciones de su dios, lo eran a tal extremo, que hasta los goles los celebraban de rodillas.

Ellos no podían expresar sus ideas sin nombrar a Dios en sus temas de conversación, según ellos nada era obra humana, todo lo que ellos tenían o lograban eran regalos de su divinidad.

Ellos adoraban su pasado mítico, a nadie le interesaba saber si era cierto o no, amaban vivir en pretérito, adoraban sus comidas ancestrales, sus bailes típicos, las historias de sus antepasados, los valores tradicionales. Sus canciones, literatura, proyectos tenían que ver con los tiempos idos.

Ellos rechazaban vivir en el presente y rechazaban con desde el fondo de su ser pensar en el futuro, ellos nacieron para mirar para atrás, solo podían amar lo que pasó, lo que ya fue.

Hasta en sus monedas tenían impresos a los héroes que les dieron gloria, en su ropa bordaban su simbología mítica. Todo lo que ellos valoraban, ya fue, nada podía superar lo que este pueblo ya vivió.

Esta es la historia del pueblo que ya fue, por esto aprendió a autodestruirse, entonces pensaban sus elecciones de manera peculiar, parecía que ellos buscaban elegir al más delincuente, al criminal, al tonto, o a quien ellos sabían que los iba a robar, a despojar y a hundir en su propia pobreza e ignorancia, que los iba a llevar a la autodestrucción.

Y fueron eficaces en su empeño, fueron capaces de autodestruirse, hasta desaparecer, para que nada destruya la felicidad del tiempo anterior, el que nadie vio, pero todos sabían que así fue.

Y así fue.

 

Jorge Mora Varela