Ring, ring, ring….
¿Tengo el gusto de hablar con el señor Jorge Mora?
Sí el mismo.
Señor Jorge, tengo el gusto de hablarle desde………….
Cansado de este ACOSO, corto la llamada e intento bloquearla y NO ES POSIBLE.
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VENDER Y COMPRAR
Es evidente que la pandemia covid-19, puso al mundo de cabeza; es que nunca habíamos tenido un problema global y al parecer nadie podía escapar a ningún lado.
El susto fue tan grande, que al parecer no nos percatamos que se ponía en riesgo la sostenibilidad y capacidad de supervivencia de las personas, familias, empresas, países.
Un año después del gran encierro, la idea parece entonces ser proteger las economías personales, familiares, empresariales, nacionales, multinacionales y vender, vender, vender…
En principio parece ser una buena idea, pero ¿Quién puede vender?, ¿todos?, ¿los más débiles?, ¿los que deciden hacerlo?, ¿los más necesitados?, ¿los poderosos?, ¿los que tienen los recursos y la infraestructura?, ¿los que tienen contactos y relaciones?.
Siempre hay un optimista crédulo que asegura que “una crisis se la puede convertir en una oportunidad” o el otro del mismo grupo (optimista-credulón), que asegura que SI se puede hacer “si salimos de la zona de confort”.
¿y?
¿Quién puede comprar?, ¿todos?, ¿los más débiles?: ¿los más necesitados?, ¿los que quieren?, ¿los que pueden?.
Lo que se percibe es que el mundo despierta del poscovid-19, con asimetría a ritmos diversos, acrecentando las diferencias económicas, financieras y el mundo de los poderosos se han lanzado a la cacería demencial de sus mercados naturales y de nuevos segmentos de consumidores, en una guerra sin escrúpulos y sin pausa.
Entonces los consumidores somos víctimas de oleadas de vendedores que nos ofertan:
Tarjetas de crédito de una infinidad de bancos, electrodomésticos, maquillaje, gadgets, celulares, computadoras, viajes, carreras universitarias, programas de posgrado nacionales e internacionales, créditos preaprobados, vehículos, departamentos y un largo etcétera, etcétera de ofertas, que incluyen premios de sorteos en los cuales nunca participamos.
Y lo hacen a través de nuestros dispositivos móviles, desde números que ni siquiera podemos bloquear, a cualquier hora, sin consideración de horario y sin poder protegernos, porque ellos tienen nuestros números y conocen nuestros nombres y nuestra información que debería ser confidencial porque es privada y sensible y nos queda la sensación que NO podemos escapar.
Y de este ataque a nuestra economía se ve presionada hasta en los espacios que en apariencia podíamos recurrir como en YouTube y aplicaciones de usos general, dónde se nos invade con propaganda y tienen el cinismo de invitarnos a “pagarles” para liberarnos de la propaganda que ellos ponen y facturan.
Cansado de esta persecución caemos en el servicio de la televisión por cable y parece que entramos en el túnel del tiempo, porque la oferta “económica” se ancló en los programas que caerían en la clasificación de “vintage” o “retro”, porque si quieres el servicio “Premium”, cuesta y el colmo de la desgracia sería caer en el servicio de televisión de aire, dónde se abusa de la publicidad invasiva en medio de programas de la “telebasura”, entonces hay que “pagarle” a los “Netflix” o “Televisión en Streaming” o cualquier plataforma pagada y claro el anzuelo para pendejos es: aproveche la oferta de “7 días gratis”.
Parece una guerra perdida, estamos en manos de las sanguijuelas más poderosas del mundo y NO podemos escapar.
Jorge Mora Varela