Un relato desde la ficción política
DIOS BENDIGA AL ECUADOR.
Mi voto representa el 0,0000071% y la suma de estos 0,0000071% deberán alcanzar la mayoría necesaria para algunos de los candidatos Andrés Arauz o Guillermo Lasso alcance la primera magistratura del país, para gobernar (espero que sea así) los siguientes cuatro años.
La democracia y el peso de mi voto parecería aniquilarme y reducirme a la mínima expresión, es que soy el 0,0000071% del padrón.
Quizá esta mínima expresión a la que me reduce la democracia pueda explicar frases que no las entiendo. En este día de elecciones “Dios bendiga al Ecuador“ y que “que respetemos la voluntad del pueblo”.
Si yo soy el 0,0000071% de ese pueblo, debo pensar en las otras 13’999.999 partes de ese “pueblo”, para sentir que tenemos un pensamiento común.
Y a lo mejor esa sea la democracia, un sistema que me reduce a la mínima expresión y que me exige alinearme al pensamiento de la mayoría.
Entonces si tiene sentido la frase “Dios bendiga al Ecuador“, que traducido al “decir ecuatoriano”, querría decir:
Diosito, haz que los demás piensen como yo, para que ganemos los que tenemos razón, los racionales, los que amamos este país y NO los otros, los vendepatrias, los ladrones, los traidores, los odiadores, que NO soy yo, que son los otros, los infelices que NO piensan como YO.
Que HDP, que difícil la democracia y que útil es tener un Dios manipulable e influenciable, para hacer que se ponga a mi lado y así poder “salvar al país”.
Que HDP…
Jorge Mora Varela