EL CHAUVINISMO EN EL DEPORTE Y LA POLÍTICA

EL CHAUVINISMO EN EL DEPORTE Y LA POLÍTICA

En tiempos de deporte lo más probable es que me salgan rastros de chauvinismo, esa tendencia casi natural a la exaltación exagerada o desmesurada de lo nuestro, de lo nacional frente a lo extranjero.

Es que es tentador y riquísimo convencerme que lo mejor del mundo proviene de mi país y de la región de la cual provengo. En ocasiones, he llegado a convencerme que mi carácter, mi idiosincrasia, mi personalidad y mi temperamento es característico y exclusivo de mi pueblo, de mi país y me he llegado a autoconvencer que soy parte de una identidad nacional privilegiada.

 

Este extraño fenómeno del chauvinismo es acrítico y etnocentrista; es proclive a promover de forma fácil de orgullo nacional. Coquetea con la idea absurda de que lo nuestro es lo mejor y que los otros, los de otros lares son nuestros enemigos y son inferiores a nosotros que somos superiores.

Aquí es donde nace la sospecha de que el chauvinismo esconde, cierto complejo de inferioridad que se manifiesta en forma de sueños de grandeza, agravados con la tentación de achacar a los otros: personas, deportistas, líderes políticos, países, pueblos o etnias, nuestros propios males, deficiencias o fracasos.

Por esta razón, el chauvinismo suele ser utilizado como arma política, para culpar a los otros y desviar la sospecha sobre nuestras propias limitaciones, deficiencias o debilidades. Es conveniente tener un enemigo a quien culpar de las causas de nuestros fracasos, para llenarnos de sentimiento patriótico y encontrar al enemigo al frente.

La palabra chauvinismo, como tal, proviene del francés Nicolás Chauvin, soldado de los tiempos del imperio napoleónico que encarnaba el ideal del patriota fanático.

De todas maneras, apreciar lo nuestro es saludable, porque no hacerlo sería enfermizo. Creer en lo nuestro apreciarlo, promoverlo SI, dentro de lo razonable.

Una muestra para saber si somos parte del fanatismo chauvinista en el deporte, se da cuando nos creemos campeones antes de iniciar las competencias y por lo general somos los perdedores depresivos cuando finalizan las pruebas, olimpíadas o campeonatos y tenemos a los árbitros, al calendario, ahora al VAR para culpabilizarlos porque estamos seguros de que nos han perjudicado.

O en la política el chauvinismo se da cuando los gobernantes creen que tienen el mejor sistema político posible, porque viven bien, ellos y sus amigos en una burbuja de cristal, mientras su población se debate en la pobreza o mendigan sus miserias por los diferentes países del mundo ante la ceguera de ellos, los dirigentes políticos, quienes culpan a otros por sus propias incapacidades y tienen a los otros países, a las ideologías, a sus enemigos reales o imaginarios, para culpabilizarlos.

Como ven amigos el chauvinismo se aplica en deporte, en la política y en la vida misma.

 

Jorge Mora Varela.

 

Imágenes: Fanatismo y Bandera