LA CHINA Y SUS PROYECCIONES SOCIALES PARA LOS PRÓXIMOS 15 AÑOS VS. UN ECUADOR QUE NO MIRA HACIA EL FUTURO
Planes para el año 2.035.
Es sorprendente como el país como la China que apunta a ser la primera potencia mundial con 1.400 millones de habitantes, piensa y proyecta para el futuro en su gente, no obstante, cualquier controversia política, social o cultural, sobre sus modos y maneras de conducirse, gobernarse, controlarse o disciplinarse.
Me ha llamado la atención como se piensa en los próximos 15 años (año 2.035) y lo socializa a través de infografías difundidas de forma masiva por los medios de comunicación para involucrar a su misma gente en sus planes y sus sueños.
Por ejemplo: para los nacidos en los años 60s del siglo XX que tendrán entre 60 y 75 años, personas de la tercera edad, asegura que estarán asistidos por la seguridad social y atendidos de preferencia en casa de acuerdo con su tradición y su cultura y/o centros para ancianos.
Para los nacidos en los 70s, planea que estas personas estarán en goce de una jubilación activa y con participación en la economía, el ahorro y el aprovechamiento de todo su potencial creativo.
Para los nacidos en los 80s busca que estas personas tengan trabajo, asistencia médica, servicios de salud, más cobertura en los servicios sanitarios.
Para los nacidos en los 90s, se espera mejorar para ellos la seguridad pública, asegurar los alimentos, los medicamentos, renovar la vivienda.
Para los nacidos en los 2.000, les esperaría escenarios de prosperidad económica y expansión de la clase media.
Para los nacidos en los 2.005, les esperaría el cuidado por la generación de empleo de acuerdo con sus expectativas y capacidades y el cuidado de sus condiciones laborales.
Para los nacidos en 2.010, se compromete el apoyo del estado a la iniciativa privada para el desarrollo de economías autónomas e independientes.
Para los nacidos en 2015, se promete el cuidado por el acceso a la vivienda, a los alquileres y compras a precios asequibles.
Para los nacidos en 2020, el estado asegura que puedan educarse y trabajar y el cuidado del empleo privado, inversión en ciencia, tecnología e innovación y preparar las universidades en la generación de nuevas ideas.
Para los nacidos luego del 2.020, se propone garantizarles el acceso de educación y el apoyo para el desarrollo de las ciudades pequeñas y las zonas rurales, con programas de investigación, innovación y desarrollo.
Cómo me gustaría que en el Ecuador tuviésemos la capacidad para mirar al futuro, soñarlo, planearlo y construirlo.
Quizá la Revolución Ciudadana de Rafael Correa Delgado tenía atisbos de futuro a largo plazo de continuidad, solo que sus líderes se enredaron en la confrontación y el conflicto sectario para terminar ahogándose en sus propias limitaciones y lanzando al traste la visión del Ecuador de futuro.
Luego esta forma de democracia de patas cortas que nos lleva a reinventar la patria como argumento para justificar nuestra incapacidad de caminar hacia el futuro, con líderes que se ahogan en inútiles llamados a la unidad nacional, para terminar maniatados y ocupados en asuntos menores, incapaces de pacificar al país y peor aún de caminar hacia adelante.
Con proyectos de ley aceptable desde el punto de vista de su mentor, el presidente Guillermo Lasso, la “Ley de Creación de Oportunidades”, una propuesta unidimensional y estrecha, cuestionada y bloqueada por la legislatura miope, que cree que hacer patria es bloquear cualquier iniciativa del gobierno y un ejecutivo maniatado, que ante la impotencia de llevar a la práctica sus ideas piensa en medidas extremas como las de llevar al sistema democrático a sus límites, para llevar el país a dónde le permitan sus ideas y sus proyectos.
Por esto me gusta más los países que son capaces de levantar la mirada hacer planes a futuro y ajustar su sistema político para hacerlo realidad. El resultado es simple, estos serán la primera potencia mundial, mientras nosotros permaneceremos enfangados en los vericuetos de la miopía política que nos asegurarán la permanencia en el subdesarrollo y la pobreza, como si esto fuese nuestro destino manifiesto.
Jorge Mora Varela
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