LOS CHARLATANES, LOS INFLUENCERS DE LA HISTORIA

A propósito de la peregrina costumbre de algunos medios de comunicación de cualquier parte del mundo, de darle la última palabra a la pitonisa de moda.

LOS CHARLATANES, LOS INFLUENCERS DE LA HISTORIA

Sería maravilloso, poder vislumbrar el futuro, aunque fuese solo un poco, alguna pista, algo, pero nada…, aunque el mundo se ha empeñado en hacernos pensar que sí es posible….

Este es un deseo natural del ser humano y la historia demuestra hasta la saciedad que no es posible, claro, luego, los escritores han llenado la literatura, con predicciones, horóscopos, destinos; los libros sagrados y las religiones han plagado el mundo de profecías, anuncios, augurios, presentimientos, oráculos y le han hecho creer al ser humano que es posible traspasar la barrera del tiempo y mirar lo posterior, lo venidero como un destino inexorable del cual no hay como escapar.

En la política, abundan los líderes mundiales que han tenido a su lado a “charlatanes, magos, brujas, pitonisas, cuentistas y farsantes” que influyeron de manera determinante en sus decisiones políticas con efectos radicales en las poblaciones, su economía o sus relaciones con los otros pueblos.

 

Reyes, reinas, emperadores, presidentes de gobierno, militares, periodistas, personas comunes y corrientes han recurrido a los supuestos videntes, que puedan responder a sus inquietudes y sus necesidades de adelantar su mirada al futuro.

En el mundo de la hiper comunicación y del internet, es frecuente y a nadie parece extrañarle que se recurran a estas prácticas arcaicas, sin soporte científico, estrechas y carentes de fuentes de información, proclives al error y a la ceguera.

Porque preguntarle a una pitonisa es más fácil que leer, investigar, analizar y reconocer que el futuro es imposible de predecir, dónde el tiempo venidero es el resultado de la suma de una serie infinita de variables impredecibles e incontrolables y que la agudeza, la investigación solo pueden insinuar algunas pistas sobre lo que podría venir.

La historia del mundo está plagada de personajes oscuros “charlatanes y farsantes” junto a los “grandes de la política mundial”.

El rey de España Felipe II (1527-1598) fue influenciado por John Dee un matemático, ocultista, astrónomo, astrólogo y alquimista inglés.

El Zar Nicolás II (1868-1918) en la Rusia de principios del siglo XX tuvo la influencia del monje Rasputín quien tuvo una influencia decisiva sobre el gobernante de todas las Rusias y su familia.

El político, militar y dictador austríaco nacionalizado alemán Adolf Hitler (1889-1945), tuvo a su lado al vidente, ocultista, mago y astrólogo austriaco Erik Jan Hanussen.

El presidente argentino Juan Domingo Perón (1895-1974) fue influenciado por el agente de policía y charlatán José López Rega, apasionado por las ciencias ocultas y la magia, quien inclusive fue nombrado ministro de Bienestar Social en el III período del general.

El presidente haitiano Françoise Duvalier (1907-1971), tuvo el influjo del vudú, religión que se originó del sincretismo que se produjo en el Caribe entre las creencias de los esclavos del África Occidental y la religión cristiana católica.

La reina de España Isabel II (1830-1904) fue influenciada por una religiosa española del siglo XIX, Sor Patrocinio, quien decía tener estigmas en manos, pies y costado y al final resultaron falsos.

El líder cubano Fidel Castro (1926-2016) y los venezolanos Hugo Chávez (1954-2013) y Nicolás Maduro, influenciados por la santería, qué es el sincretismo entre los dioses de los esclavos negros de origen africano, el catolicismo o protestantismo de los esclavistas europeos que dieron lugar a diferentes religiones como la Umbanda, el candomblé, la macumba.

Tampoco estuvieron exentos el presidente norteamericano Ronald Reagan (1911-2004), con la astróloga Joan Quigley o el primer ministro británico Winston Churchill (1874-1975), en las manos del mago inglés del siglo XX Aleister Crowley, o el inefable Jair Bolsonaro, influenciado por el filósofo new age y astrólogo Olavo de Carvalho.

En el Ecuador ni los líderes políticos, ni los gurús de la información, NO han estado exentos de la influencia de farsantes, magos, pitonisas, adivinos y charlatanes que han influido y lo siguen haciendo porque quienes recurren a ellos no son capaces de evolucionar hacia la investigación y el conocimiento como las herramientas básicas del quehacer político e informativo, para intentar visibilizar el futuro que de por sí es incierto.

La visión de futuro que No significa adivinación, podría ser pensado desde la preparación, la planificación y las relaciones que minimicen al máximo posible la incerteza frente al futuro y no sea producto del azar, la ignorancia, la ceguera o la estupidez humana, dónde más fácil es caer en las manos de los avivatos, de los charlatanes de moda y en cuyas manos se pone el futuro de forma irresponsable el destino de los pueblos y en este caso del Ecuador.

Si no les gusta, ya lo dijeron alguna de las figuras sempiternas de la información: Cambia de canal.

 

Jorge Mora Varela

 

Imagen: adivina