EL EUFEMISMO DE LA PERSECUCIÓN POLÍTICA
En el año 1.919, Adolf Hitler escribió un documento en el que señalaba que la “cuestión judía” debía ser resuelta a través de la expulsión total de los judíos de Europa, la cual debería llevarse a cabo mediante los pogromos (palabra que viene del ruso pogrom: ‘devastación’) consiste en el linchamiento multitudinario, espontáneo o premeditado, hacia un grupo particular, étnico, religioso u otro, acompañado de la destrucción y/o la incautación de sus bienes. El término ha sido usado para identificar los actos de violencia sobre todo contra los judíos.
Con la política persecución se pretendía la emigración de los judíos a quienes se segregó y aisló sistemáticamente del resto de la sociedad y se los forzó a salir de Alemania.
En un principio, términos como “evacuación”, “desplazamiento”, “emigración” o “reinstalación” eran eufemismos que intentaban ocultar la masacre hacia el pueblo judío. Inclusive en los tiempos actuales, los negacionistas del holocausto rechazan la existencia de la persecución y el exterminio, cuando afirman que se trata de un medio propagandístico del sionismo y de una supuesta conspiración judía.
Traigo a colación esta página vergonzante de la historia del siglo XX, a propósito de la campaña propuesta por el activista político Fernando Balda, quien inició el 17 de enero del 2.022, una campaña para "depurar" las instituciones gubernamentales ecuatorianas de "infiltrados correístas" que defienden "actos de corrupción y a quienes los han cometido".
Balda propone que los ciudadanos llenen un formulario en una página web e incluyan información del "infiltrado/corrupto" como: su nombre, el organismo donde trabaja, su cargo, desde cuándo ocupa ese puesto, entre otros campos, además subir la foto del "infiltrado/corrupto", agregar capturas de pantalla, cargar enlaces de redes sociales, entre otras "pruebas verificables", del individuo que sea sospechoso activo en las conspiraciones desestabilizadoras y/o se encuentre inmerso en un acto de corrupción".
Con la justificación que con propuesta ayudará al “buen” trabajo del Gobierno del señor Guillermo Lasso.
Me pregunto ¿Cuál es la diferencia entre la propuesta de Hitler y la “cuestión judía” con la propuesta de Balda, con su página web para cazar "infiltrados y corruptos"?.
En el suigéneris caso ecuatoriano, con el supuesto “combate a la desestabilización y a la corrupción” a la manera de Balda, pueden ser eufemismos que intentan ocultar “delitos de odio”.
Me parece prudente que el Gobierno Nacional, haya emitido un comunicado de rechazo hacia actos de discriminación de cualquier tipo al aclarar que no respalda, lidera ni auspicia iniciativas de actores que atenten contra la diversidad política, ni ninguna acción que atropelle los mandatos consagrados en la Constitución del Ecuador”.
Lo que es indudable es que el canibalismo y la torpeza política siguen vivos en el Ecuador y sería deseable que los actores políticos se manejasen en términos de prudencia y de racionalidad política, para no discriminar ni construir víctimas innecesarias, que podrían desembocar en resultados impredecibles en el corto o mediano plazo, sobre todo para el señor Balda, quien debería leer la historia, para entender el alcance de sus acciones y el resultado de ello, por favor mire el final de Hitler y la huella que él marcó como resultado de sus actos.
Jorge Mora Varela