JUANITO EN EL PÁRAMO
Un día Juanito un niño de la ciudad, decidió visitar a su abuelita Matilde que vivía muy cerca del páramo de El Ángel.
Llego donde su abuelita quien le conto que el páramo; era un colchón de agua, y una reserva para la humanidad, entonces Juanito pensaba, y no entendía cómo puede haber un colchón lleno de agua allá tan arriba de la montaña, y dijo:
- Me fugare para conocer ese colchón
Y así fue una tarde sin que se diera cuenta su abuelita, se fue al páramo, pero como no conocía, no llevo; ni chompa, ni botas.
Al llegar vio que todo el terreno era lleno de musgos y otro tipo de vegetación que él no conocía, Juanito se internó en el páramo y se mojó mucho, mucho, sus pies y todo su cuerpo, porque hasta se cayó.
Luego de unas horas, por el clima tan frio, Juanito se dio cuenta que tenía fiebre y comenzaba a tener visiones, entonces cayo en medio de musgos y frailejones.
Un lobo que lo había seguido todo el tiempo se acercó y al verlo desmayado lo arrastro hasta un lugar medio seco y lo protegió con su cuerpo.
En su desmayo Juanito vio: un cóndor, un armadillo y un oso de anteojos, que le hablaban diciéndole todo lo que el páramo era de bueno para el mundo, le decían también; que los páramos solo existen en los países que están en la línea ecuatorial, que de ahí sale el agua que se consume en las ciudades y que, si no lo cuidamos, se acabaría el agua y se terminaría la vida.
Cerca de la noche la abuelita y sus familiares habían salido a buscar a Juanito.
- Despertó Juanito y el lobo que le había protegido le guio hasta el sendero que baja del páramo, donde le encontró a su abuelita.
La abuelita le colmo de besos y le pregunto porque había echo eso de irse solo.
Juanito le conto lo que le había pasado, pero no le creyeron, dijeron que era producto de gripe y la fuerte fiebre que tenía por ir desarropado al frío del páramo.
Juanito se curo y regreso a su casa en la ciudad, conto a sus amigos y maestros la importancia que es cuidar el páramo para humanidad.
Y les dijo como ellos pueden cuidar el páramo desde la ciudad, especialmente no desperdiciando el agua y tratando de no contaminar el aire con la quema de cosas.
Desde ese día el niño aprendió que tenemos que cuidar el páramo.
Ítalo Rafael Manosalvas 7 años
Unidad Educativa Fiscomisional León Ruales