A mi hijo Jorge Humberto y en él un homenaje
al mejor de los regalos que puede recibir un ser humano
Mi hijo y la música del viento.
Pequeño soñador,
retador inconsciente de la vida.
Con pocos años, ya tienes un oficio,
el de ser atrapador de los sonidos de la vida.
De manera sorprendente apresas el silbar de la montaña,
y el murmullo de una noche de mi pueblo.