El teletrabajo, el estudio y los trámites burocráticos en línea, se pusieron de moda.
UN NUEVO MUNDO HA LLEGADO Y DEBERÍA QUEDARSE
En la ciudad de Quito, la acción efectiva y contundente del alcalde Jorge Yunda Machado, nos llevó a los ciudadanos a actuar y a modificar nuestra manera de vivir, cuando el jueves 12 de marzo de 2020, declaró en emergencia sanitaria al Distrito Metropolitano de Quito (DMQ) por el brote del covid-19 y suspendió las clases en los establecimientos educativos.
Una vez más se demostró que el presidente Lenín Moreno, no tiene “punch” y el vicepresidente Sonnenholzner, ha marcado la cancha para los siguientes días de emergencia sanitaria.
Entonces encontramos que las herramientas de la modernidad, los teléfonos inteligentes, las pc o cualquier dispositivo con acceso al internet que están con nosotros, que nos permitirán no obstante el peligro de una enfermedad desconocida aún, continuar con la vida normal, expresada de una manera diversa, pero efectiva, nos podría permitir alcanzar niveles internacionales importantes y volvernos competitivos.
Pero me parece que las autoridades y nosotros mismos, no hemos podido romper con el paradigma de ir a laborar, registrar la asistencia y colocar el dedo en el biométrico, para sentir que allí empieza y termina la jornada de trabajo.
Algunos países como la misma China, el Japón, Taiwán, actuaron de tal manera que aprovecharon las fortalezas, entre los que destacan la disciplina y la inteligencia de su gente, su modelo de gobernanza, que les permite tomar decisiones audaces y contundentes, velocidad de respuesta inmediata o la capacidad de reconvertir sus empresas en tiempos asombrosos, por ejemplo el de la petrolera “Sinopec”, que en pocos días pudo fabricar mascarillas para uso sanitario.
Está claro, se necesita liderazgo, disciplina gubernamental y cultural, recursos económicos, humanos y tecnológicos para responder con oportunidad y eso es algo que debe irse construyendo como política de estado a lo largo de los años. NO es un milagro ni se puede hacer de la noche a la mañana.
En contraste con medidas y comportamientos sociales vistas desde la aldea global como torpes, miopes, irracionales o que rayan en la ignorancia, tal es el caso de los países europeos que producto de sus acciones o sus limitaciones, enfrentan problemas graves de sanidad pública o de los Estados Unidos, que dispara sus medidas sin sentido y a cualquier lado, como lo haría en una mala película hollywoodiense, un vaquero del Oeste norteamericano, despistado y desorientado y ebrio.
Latinoamérica debe estar atento a los mejores del mundo, (aquí no están los Estados Unidos ni Europa), para cerrar el cerco epidemiológico y seguir con la vida con la ayuda de los medios digitales de comunicación, para tener vínculos, para estudiar, para trabajar y para crecer, parecería paradógico que la “pandemia del coronavirus”, nos trajo la posmodernidad de los “Sónicos”.
Solo espero que cuando pase el peligro de la pandemia, los “jefesitos”, NO vuelvan a meter al país en las cadenas de los arcaicos y caducos modelos de administración donde ellos creen que hacen bien su trabajo porque hacen el conteo de las horas “nalga” con la ayuda de sus inefables “biométricos” y sigan los ejemplos de algunos que si entendieron la modernidad.
Por si acaso el modelo de gobierno de Estonia, donde imperan las tecnologías digitales de comunicación, permite, por ejemplo crear una empresa con todo lo que implica en “18 minutos”.
Jorge Mora Varela