EL FALLECIMIENTO DEL GNRL. RAFAEL ARELLANO DEL HIERRO

EL FALLECIMIENTO DEL GNRL. RAFAEL ARELLANO DEL HIERRO

El 5 de Enero de 1916 falleció en la ciudad de Tulcán, a los 86 años de edad, el Gral. Rafael Arellano, mientras cumplía las altas funciones de Jefe del Estado Mayor del Ejército. La prensa de ese entonces mencionaba que su fallecimiento había causado conmoción nacional, en tanto que mediante Decreto Ejecutivo se declararon tres días de duelo nacional. La capilla ardiente fue levantada en el Salón Máximo del I. Municipio de Tulcán, con todos los honores militares de acuerdo a su rango. El sepelio fue en el cementerio de Tulcán, donde intervinieron los representantes del Gobierno, Ejército y Municipio.

El Gral. Arellano, fue Concejal de Tulcán, 1855. Jefe Civil y Militar y Gobernador del Carchi, jefe de operaciones en las provincias del Norte, Centro y en el Litoral de la República, Comandante General del Distrito de Quito y varias veces Senador de la República, Diputado, Ministro de Defensa Nacional y Jefe de Estado Mayor.

Rafael Arellano Del Hierro, fue un hombre de estatura regular, piel blanca, ojos celestes pardos, cabellos escasos, barba de patriarca, fácil de pensamiento y oportuna palabra. Con una basta cultura y excepcional caballerosidad. Considerado el mejor estratega militar de su época y fuente de consulta intelectual para todos.

Estuvo casado con la Sra. Pastora Patiño Grijalva, con quienes procrearon siete hijos: Celín Arellano Patiño; Oneida Arellano Patiño; Luz Arellano Patiño; Pompilia Arellano Patiño; Mila Arellano Patiño; Tulia Arellano Patiño y Rafael Arellano Patiño.

Participó en 45 acciones de guerra en favor de la causa liberal, pero comprendiendo las condiciones socio-políticas de esos tiempos, Arellano defendió la integridad territorial del norte ecuatoriano con incomparable valentía y heroísmo.

Fue hijo del prócer Tcrl. Juan Ramón Arellano y Muñoz de Ayala y Susana del Hierro Benites. Hizo estudios en el Seminario de Quito y cursó Derecho en la Universidad Central, militando desde su juventud en el liberalismo en contra de García Moreno. En alguna oportunidad García Moreno dijo: “Arellano es presidenciable”

Amigo íntimo de Don Juan Montalvo, a quien en más de una oportunidad le ofreció refugio en la Hcda. Sta. Rosa. De igual manera apoyó con dinero y personalmente al Gral. Eloy Alfaro, el mismo que a su paso por Tulcán rumbo a Panamá, se entrevistó por largas horas con Arellano y diseñaron las estrategias para futuras campañas militares.

Según sus más destacados biógrafos el Gral. Rafael Arellano del Hierro, honra la historia del Ecuador, como modelo de valeroso patriota, insigne militar, hombre ilustrado y honrado ciudadano.

Sus ideales revolucionarios expresados con profundo respeto, le permitieron dejar huella de honor, valor y lealtad en su Patria el Ecuador, a la que amó con pasión y sirvió con dignidad.

Don Eduardo N. Martínez escribe: “Rafael Arellano, “Jefe Máximo de los Pupos” fue, pues, la más acabada y vibrante expresión del espíritu guerrero, altivo, noble y generoso del pueblo carchense, y por eso su memoria es un aliciente poderoso para las conquistas del porvenir.”

Don Alejandro R. Mera escribe: “Como autoridad fue atento y muy fino en su trato, pero inflexible en exigir el cumplimiento del deber. Los sentimientos de generosidad, que eran una de sus mejores características, nunca se empañaron con los de la venganza; por eso, hasta sus enemigos políticos le rindieron una respetuosa admiración. Por su ilustración y su cultura, siempre fue un hombre de consultas y, por lo mismo, aceptado y considerado por todos.”

Don Isaac Acosta, el primer historiador de la provincial del Carchi dice: “Inteligente, valeroso, audaz; patriota noble y generoso; el general Arellano llegó a ser en su provincial el Patriarca del Liberalismo carchense y el factor de muchas transformaciones sociales y políticas, habiendo logrado cimentar entre numerosos de los hijos de su país natal, las ideas y los principios del inmortal Don juan Montalvo, de quien fue siempre tenaz correligionario y el más sincero y verdadero amigo”

Anecdóticamente, el Gral. Arellano en los últimos momentos de su vida, había pedido que la banda militar acantonada en la plaza de Tulcán, interpretara en el patio de su casa el pasillo “Mis flores negras” del poeta colombiano Julio Flórez.

A los cien años de su fallecimiento, vive en la historia de Tulcán y del Ecuador entero el recuerdo de gratitud para este valeroso hijo de nuestra amada tierra, reconocido con sobra de merecimientos, como “EL JEFE MAXIMO DE LOS PUPOS”

 

Por: Flor María Cadena – tomado del Muro Cultural de Rafael Arellano del Hierro